Los entrenadores del equipo de fútbol Wuhan Three Towns F.C., de la ciudad china en la que se ha originado el brote de coronavirus que ha causado más de cien muertes, pasan en sus casas el encierro obligatorio al que están sometidos haciendo deporte, viendo películas y manteniendo la «unidad» para seguir con ánimo y «optimismo».
Así lo ha explicado a Efe en una conversación telefónica uno de ellos, el sevillano Manuel Vela, de 48 años, cuya mujer y tres hijas le esperan en la capital andaluza con impaciencia y con temor a que les pueda afectar la enfermedad infecciosa.
Una ciudad desierta
Los familiares de los españoles atrapados en la ciudad, de once millones de habitantes y que está desierta, han promovido una petición a través de change.org para que el Ministerio de Asuntos Exteriores los repatrie en España, una iniciativa que en 22 horas ha conseguido 43.700 firmas y sigue sumando apoyos.
La mujer de Vela, Mónica Nicolás, ha lamentado, en declaraciones a Efe, que otros países han sacado a sus ciudadanos de la ciudad china, como los alemanes, o lo harán en las próximas horas, y critica que no tienen ninguna novedad de las autoridades españolas a pesar de que han anunciado que están haciendo gestiones para repatriarlos.
Carlos Vela asegura que solo salen de la casa, situada en una urbanización privada con seguridad, para ir al supermercado que tienen a tres kilómetros de distancia, que recorren a pie o en bicicleta porque el carné de conducir no se lo han homologado las autoridades chinas.
Cuando salen siempre lo hacen con mascarilla protectora, y lo que les llama la atención es la soledad de una ciudad habitualmente bulliciosa, en permanente construcción y con numerosos bloques de viviendas de 40 plantas, en la que se mezclan casas de alto nivel junto a otras muy humildes, explica Vela, al que le sorprendió el cierre del aeropuerto una hora antes de que saliera su vuelo de vuelta a España para pasar las vacaciones.
Vela, junto a otro grupo de 21 entrenadores españoles, apostó por la ciudad china para desarrollar su trabajo en un equipo de fútbol que tiene una gran cantera, y asegura que en el chat que tienen con los 700 chavales y los 50 entrenadores tienen que poner a diario si tienen problemas de salud, y hasta ahora ninguno tiene síntomas de la enfermedad.
Ahora piden volver a España porque les han dado vacaciones indefinidas y no desarrollan ninguna actividad en el club, que se creó en 2013 y está en la tercera división de China, ha precisado el entrenador sevillano.
En Wuhan hay una veintena de españoles atrapados, uno con su mujer y una hija pequeña, y lamentan que reciben la información de las autoridades chinas doce o catorce horas después de la que les llega de sus familiares en España a través de las redes sociales, y también expresan su temor a sufrir el contagio de una enfermedad que va en aumento.
Cuando empezó el brote, les aconsejaron no ir a lugares en los que hubiera aglomeración de personas y limpiarse las manos habitualmente. Luego cortaron el tránsito de aviones y trenes y empezó a disminuir el de los coches y ahora no se ve a nadie en la calle, ha relatado el entrenador. EFE