El gobernador de Puerto Rico anunció el martes que levantará el toque de queda y la prohibición de la venta de alcohol, mientras la isla registra un descenso en el número de hospitalizaciones y muertes por COVID-19.
Las restricciones actuales prohíben a ciertos negocios operar entre la medianoche y las 5 de la mañana, y también prohíben la venta de alcohol durante ese tiempo, dos medidas que se levantarán el jueves.
Sin embargo, el gobernador Pedro Pierluisi dijo que se mantienen otras restricciones, incluida la obligatoriedad de llevar mascarilla en interiores.
Pierluisi señaló que el 70% de los 3,3 millones de habitantes de la isla están vacunados, y que la tasa de positividad en las pruebas diagnósticas bajó al 3% respecto al 10% de agosto.
Puerto Rico ha registrado más de 150.500 casos confirmados de coronavirus y más de 3.000 muertes por COVID-19.