Un nuevo estudio afirma que quienes realizan ejercicio con regularidad tienden beber más que quienes no están en forma.
La investigación, titulada «Fit and tipsy?» («¿En forma y borracho?») y para la que se conversó con más de 40 mil personas adultas, determinó que mujeres y hombres activos tienen más del doble de probabilidades de ser consumidores regulares o excesivos de alcohol, en comparación con quienes no realizan ejercicio habitualmente.
Generalmente, las personas que se ejercitan tienden a tener otros costumbres saludables, lo que se conoce como agrupamiento de hábitos.
Por ello, parecería lógico que quienes practican deportes con frecuencia beben moderadamente. Sin embargo, se reportó lo contrario.
Tendencia a consumir alcohol
En la indagatoria, publicada en la revista Medicine & Science in Sports & Exercise, las y los participantes declararon beber al menos una vez a la semana (se dejó fuera del estudio a abstemios para comparar consumidores moderados con compulsivos).
Se concluyó que mientras más en forma estaban las personas, más tendían a consumir alcohol. Las mujeres bebían entre cuatro y siete vasos de cerveza, vino o licor en una semana normal. En tanto, los hombres consumían hasta 14 tragos por semana.
Los investigadores consideraron los hábitos de ejercicio y los ajustaron por edad y otros factores que podrían haber influido en las conclusiones.
Kerem Shuval, director ejecutivo de Epidemiología del Instituto Cooper y director del estudio, señaló que «es posible que la mayoría de las personas no asocien la actividad física y la ingesta de alcohol como comportamientos vinculados».
El experto advirtió que quienes se ejercitan deben ser conscientes de su consumo alcohólico, dando seguimiento a la frecuencia con la que beben por semana.
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