Las pruebas rápidas se venden sin control en las redes sociales.
Se ofrecen desde los 11 hasta 45 dólares con descuentos y promociones.
Sin embargo, médicos advierten el alto riesgo debido a su confiabilidad y procedencia, y piden a las autoridades regularizarla.
Las pruebas rápidas se venden en el mundo
Algunos líderes políticos están elogiando un posible avance en la lucha contra el COVID-19: una prueba de sangre con un simple pinchazo o hisopos nasales que puede determinar en cuestión de minutos si alguien tiene, o ha tenido, el coronavirus que provoca la enfermedad.
Los test podrían revelar el verdadero alcance del brote y ayudar a separar a los sanos de los contagiados. Pero algunos científicos han cuestionado su precisión.
Las esperanzas descansan en dos tipos de pruebas rápidas: las de antígeno, que emplean un hisopo de nariz o garganta para detectar el virus, y las de anticuerpos, que buscan en la sangre evidencias de que una persona lo tuvo y se recuperó. Los test escasean, y algunos consideran que no son fiables.
“El mercado está completamente loco”
“El mercado está completamente loco”, dijo el ministro español de Sanidad, Salvador Illa, lamentando la escasez de mascarillas, equipos de protección personal y pruebas rápidas.
“Todo el mundo quiere comprar productos que se fabrican en cantidad inferior a la que se solicita en estos momentos por parte de todos los países”.
El gobierno español devolvió 9.000 test rápidos de antígenos considerados no fiables a su fabricante que, según el gobierno de China, no tenía licencia para venderlos.
Mire también
Pandemia de 1918, una lejana guía para el deportehttps://t.co/iiZGFlVPpZ
— Teleamazonas (@teleamazonasec) May 26, 2020