Elon Musk causó revuelo en el mundo al confirmar la compra de la red social Twitter por 44 000 millones el 27 de octubre del 2022, cuando quedaban poco más de 24 horas para que expirara el plazo que le había dado una jueza para abrir un proceso si no se formalizaba la compra.
El propietario de Tesla y SpaceX emitió por la propia red social un mensaje destinado «a los anunciantes» de Twitter en el que quiso explicar las razones que lo llevan a comprar la red. Y citó en primer lugar que «es importante para el futuro de la civilización tener una plaza digital común donde pueda debatirse de manera sana un amplio espectro de creencias».
Además, dijo que según su visión Twitter «no puede convertirse en un infierno gratis para todos, donde puede decirse cualquier cosa sin consecuencias», sino que debe «respetar las leyes».
Y en su primer tuit hizo referencia a estos principios. «El pájaro está liberado«, tuiteó Musk un día después de confirma que Twitter “no puede convertirse en un infierno de libertad”.
the bird is freed
— Elon Musk (@elonmusk) October 28, 2022
Asimismo, en otro mensaje en la red social escribió: «Deja que los buenos tiempos fluyan«.
PATRIMONIO PERSONAL, INVERSIONES Y PRÉSTAMOS
Para comprar Twitter, Elon Musk puso sobre la mesa una parte de su patrimonio personal, completado por fondos de inversiones y otras grandes fortunas y préstamos bancarios.
En un principio, el fundador de Tesla quería desembolsar unos 15 000 millones de dólares de fondos propios para la compra. Una parte importante de la oferta, alrededor de 12 500 millones de dólares, debía provenir de préstamos respaldados por sus acciones de Tesla. Situación que evitaba tener que venderlas.
Pero decidió finalmente poner más dinero en efectivo y renunciar a este préstamo. En dos tandas, en abril y agosto, el multimillonario de 51 años vendió unos 15 500 millones de dólares de acciones de la empresa de autos eléctricos.
El hombre nacido en Pretoria, Sudáfrica, cuya fortuna está valorada en unos 220.000 millones de dólares por la revista Forbes, desembolsará entonces directamente más de 27 000 millones de dólares. A principios de año ya había adquirido el 9,6% de Twitter.
Y a estos recursos se suman unos 5 200 millones de dólares aportados por fondos de inversión y grandes fortunas. Entre ellas, la de Larry Ellison, cofundador de Oracle, quien firmó un cheque por 1 000 millones, o Qatar Holding, controlado por el fondo soberano del Catar, Qatar Investment Authtority. A cambio de sus inversiones, todos serán accionistas de Twitter.
Completa este grupo el príncipe saudí Al-Walid ben Talal, quien transfirió las casi 35 millones de acciones que tenía.
El monto restante, de alrededor de 13 000 millones de dólares, es aportado por préstamos bancarios concedidos por Morgan Stanley, Bank of America, Mitsubishi UFJ Financial Group, Mizuho, Barclays, Société Générale y BNP Paribas.
Según documentos entregados a la autoridad estadounidenses de regulación de los mercados (SEC), Morgan Stanley presta alrededor de 3 500 millones de dólares.
Estos préstamos son respaldados por Twitter y es el grupo, y no Musk, quien se hará cargo de la carga financiera y el reembolso.
Hasta ahora la sociedad californiana prácticamente no logra generar beneficios y presentó pérdidas operacionales (resultado directamente relacionado con la actividad) en los seis primeros meses de 2022.