Un doblete de Bruno Fernandes le dio a Portugal el triunfo 2-0 sobre Uruguay y el boleto anticipado a octavos de final del Mundial de Catar 2022, mientras que la ‘Celeste’ se complica el pase a los cruces.
El partido se jugó este lunes 28 de noviembre en el Estadio de Lusail ante 88.668 espectadores, por la segunda fecha del Grupo H.
El volante del Manchester United abrió la cuenta de manera fortuita a los 54 minutos, cuando buscó con un centro a Cristiano Ronaldo, que saltó a cabecear pero no tocó el balón y con ese movimiento desconcertó a un lento portero celeste Sergio Rochet.
A los 90+3, con un penal señalado por el VAR por mano de Josema Giménez, Bruno Fernandes liquidó el partido. De esta manera Portugal llegó a seis puntos y se unió a Francia y Brasil en octavos de final, mientras que Uruguay quedó sumamente comprometido con una sola unidad.
Más temprano, Ghana venció a Corea del Sur por 3-2 y trepó al segundo lugar, con tres puntos.
Ghana enfrentará a Uruguay el viernes en el cierre de la fase de grupos en el escenario ideal para tomarse venganza de la recordada derrota en penales (4-2) ante la Celeste en cuartos de final de Sudáfrica-2010.
A los africanos les bastará con un empate, mientras que la Celeste solo le sirve la victoria y esperar que Corea del Sur no gane a la ‘Seleçao’ y, si lo hace, por qué diferencia de goles, ya que los asiáticos tienen -1 y los sudamericanos -2.
Invasión de la cancha
Sobre los 50 minutos el encuentro se detuvo porque un individuo con una bandera arcoíris y una camiseta con un mensaje a favor de las mujeres iraníes y en contra de la invasión rusa en Ucrania invadió el campo de juego, constataron periodistas de la AFP.
Primera invasión a la cancha en #Qatar2022, rápidamente aparecieron los policías para detenerlo. pic.twitter.com/0PSgdyTMrx
— Andrés Illingworth (@aillingworth96) November 28, 2022
Después de atravesar la cancha en dos ocasiones corriendo, fue detenido por la seguridad el estadio y escoltado con tranquilidad por los agentes, constataron los periodistas.
Este suceso se produce en un contexto de fuertes críticas a Catar, organizador del Mundial, por el incumplimiento de derechos fundamentales, sobre todo en relación con el colectivo LGBT+, en un país en el que la homosexualidad está perseguida judicialmente.
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