Según varias fuentes internacionales, el presidente de EE.UU., Donald Trump, tomó la decisión de acabar con la vida del poderoso comandante iraní Qasem Soleimaní por el miedo a un ataque en pleno año electoral y como una cortina de humo a la situación del juicio político en su contra.
Según The New York Times, se asegura que la decisión la tomó el pasado jueves
mientras disfrutaba de un juego de golf en su club privado de Mar-a-Lago, en West Palm Beach (Florida), ya que en ese lugar el mandatario estaba reunido con sus asesores. En donde, supuestamente, se trataron sus planes para ser reelegido en las elecciones de este año.
Sin embargo, después de esta reunión, Trump autorizó el ataque con drones que solo en unas horas después puso fin a la vida de Soleimaní, arquitecto de la política expansionista de Irán en Oriente Medio, y del vicepresidente de la Multitud Popular iraquí, Abu Mahdi al Mohandes.
Según otra fuente familiarizada con las discusiones internas, otra de las razones que llevó a Trump a actuar fue el miedo a que se repitiera un episodio similar al ataque de 2012 contra el consulado de EE.UU. en Bengasi (Libia), en el que murió el embajador en Libia y otros tres estadounidenses.
Además, aseguró que Trump quería mostrar fortaleza ante Irán y dejar claro que habría consecuencias por la muerte el pasado 27 de diciembre de un contratista estadounidense en una base militar estadounidense en Irak.
Y finalmente, varios miembros de la oposición demócrata han especulado sobre la posibilidad de que Trump ordenó la muerte de Soleimaní para desviar la atención del proceso de juicio político al que está siendo sometido en el Congreso por sus presiones a Ucrania.
FUENTE: EFE