Polvo del Sahara: Y un día, el cielo de La Habana se puso cenizo.
Una gigantesca nube de polvo del Sahara llegó a la capital cubana y causó preocupación entre los expertos y los ciudadanos en medio de la pandemia del nuevo coronavirus.
Aunque el fenómeno ha ocurrido en otros años, esta vez la densidad de la materia suspendida fue mayor, lo que elevó la sensación térmica y la sequedad. Los primeros indicios del polvo se pudieron observar el miércoles, pero los expertos indicaron que el jueves se esperaba una máxima concentración de éste.
En la madrugada, la nube hizo desaparecer los fondos del paisaje urbano de La Habana. Se esfumaron las hileras de palmas de las avenidas y los íconos de la urbe -como la cúpula del Capitolio o el promontorio de la Plaza de la Revolución-, se oscurecieron. El sol podía mirarse directamente sin protección como un botón amarillo en lo alto.
“Esperemos que pase pronto”, dijo a The Associated Press Silvina Verdecia, una trabajadora de 39 años.
La nube, que según se observa desde un satélite avanza hacia el Golfo de México y Estados Unidos, ya atravesó todo el Caribe, explicaron los meteorólogos.
“Lo que más se recomienda es el uso del nasobuco (barbijo) y se sabe que las personas que son asmáticas o tienen problemas respiratorios son los más afectados”, agregó por su parte Miguel Céspedes, un ingeniero de 47 años.
No hay datos certeros sobre el impacto que podría tener el fenómeno en el desarrollo de la pandemia de COVID-19, pero por sus características podría empeorar los síntomas respiratorios. El máximo experto en la isla en epidemiología, doctor Francisco Durán, pidió a las personas no salir de sus casas y usar mascarillas.
En las redes sociales habitantes de La Habana, Villa Clara, Camagüey y las Tunas, entre otras regiones, publicaron imágenes desde sus ventanas o de lugares claves comparadas con otras de días anteriores. En todas las tomadas el jueves prevalecía el gris.
“El polvo desapareció nuestras montañas santiagueras”, expresó el usuario Eloy Rafael Domínguez en su cuenta de Twitter junto a fotos del centro de la ciudad oriental de Santiago, la segunda del país y a unos 1.000 kilómetros de la capital.
Buena parte de Cuba comenzó una fase de flexibilización de la cuarentena la semana pasada, luego de que no se reportaran casos de COVID-19 desde hace más de un mes, pero La Habana continúa “cerrada”.
Durán informó el jueves dos nuevos casos en La Habana. Desde que se detectó el primer contagio el 11 de marzo se han registrado 2.321 casos y 85 muertos.
“No es arena, es polvo, mucho más pequeño. Partículas que se denominan PM10 y PM2.5 por su tamaño aproximado (10 y 2.5 micrones)”, dijo en un hilo en Twitter el meteorólogo Elier Pila Fariñas.
“Se desconoce si tendrá alguna incidencia en los enfermos de COVID-19”, reconoció Pila Fariñas. “En el caso del material biológico, es verdad que consiste en virus, bacterias, esporas hongos, ácaros, etc. Eso no quiere decir que estemos en riego”.
En cambio, por su sequedad contribuye a que no se formen ciclones tropicales, por lo que se prevé un final de junio tranquilo en este aspecto.