En la República Democrática del Congo, un hombre contrajo matrimonio simultáneamente con trillizas». Esta historia exitosa en redes sociales es ficción, pero muchos la creen porque, pese a la ley lo prohíbe, la poligamia persiste en este país.
Un «reportaje» de un canal difundido en YouTube contó a principios de marzo la aventura de un joven congoleño que se enamoró de una mujer. Creía que era única pero en realidad tenía dos dobles, hasta el punto que se casó con las tres trillizas.
Los comentarios van desde «Lo hemos visto todo» hasta «Va a sufrir», pasando por un admirativo «Este tipo es un grande».
No se revelaron los detalles del caso, pero un director de cine de Goma, capital de Kivu del Norte (este), reconoció ser el autor de la película. Es una ficción representada por actores, pero que afirma que está basado en hechos reales.
En la provincia vecina de Kivu del Sur, la vida de Chirhuza Zagabe, de 60 años, es muy real. El hombre es pastor de la «Iglesia primitiva del Señor», una de las múltiples iglesias y sectas religiosas de RDC.
Más esposas
En 2012 se casó en su iglesia con tres mujeres al mismo tiempo. Luego repudió a una por «mala conducta», dice. Pero tras contraer otras nupcias, Zagabe tiene ahora cuatro esposas más.
La mayor tiene 48 años y la menor 26.
Tres viven con él bajo el mismo techo en Bukavu, y la cuarta en Bujumbura, en Burundi, donde estudian algunos de sus niños.
«Todavía puedo casarme, lo ideal es llegar a siete mujeres», afirma el pastor, también gerente de la filial provincial de una empresa petrolera.
Poligamia, cultura tradicional
En total, dice tener 16 hijos y todos los domingos, en los nuevos locales de su iglesia -en un barrio aislado de Bukavu-, explica los orígenes de la poligamia.
Algunas decenas de fieles escuchan sus palabras, las mujeres de un lado del pasillo central, los hombres del otro.
Al «principio» había «un hombre y muchas mujeres», explica. «Para evitar el adulterio y el libertinaje, Dios autorizó al hombre a tener varias mujeres», comenta el pastor a la AFP.
Interrogado en su parroquia de Saint Claver de Nguba, en otro barrio de la ciudad, el párroco católico Raymond Kongolo rectifica: «La poligamia es una institución humana que se remonta a nuestra cultura africana y congolesa tradicional. No es una institución divina».
Tampoco es una institución legal, subraya Joseph Yav, abogado y profesor de derecho en Lubumbashi (sudeste).
La Constitución y el Código de la Familia son claros: «El matrimonio en la República Democrática del Congo es monógamo», la poligamia es un delito.
Pero, constata el jurista, «está presente y se practica en las tradiciones congoleñas, a pesar de la prohibición formal de la ley».
Otro caso
Con dos esposas y ocho hijos, Kalungu Kalebe, de 40 años, no se considera fuera de la ley, sino «bendecido por Dios».
«Debo seguir los pasos de David, Abraham y Salomón, que se casaron con varias mujeres», afirma.
Otra fiel presente en la sala, Natanael, de 15 años afirma estar «dispuesta» a casarse con un hombre que tenga varias esposas.
«No me molesta en absoluto», afirma la joven.
Rakel, una de las esposas del pastor, se alegra de tener «tres hijos con él», y considera la descendencia de las otras esposas como hijos propios.
Por su parte Nicolás Lubala, católico de 42 años, considera que la poligamia «es una desviación de nuestra sociedad.
«¡Es inconcebible!», afirma y acusa a la Iglesia primitiva -que existe desde 1983 y tiene su sede en Kinshasa- de «contribuir a la depravación de las costumbres».
Según el centro de investigación estadounidense Pew Research Center, alrededor del 2% de la población mundial vive en hogares polígamos y es en África donde la práctica está más extendida (11%).
En la República Democrática del Congo, la proporción sería del 2%.