En lo que va del año, se han registrado más de 600 perforaciones clandestinas en los poliductos de Petroecuador a nivel país. De esta forma los delincuentes buscan robar combustible.
Según el gerente general de Petroecuador esto produce pérdidas millonarias al país y retraso en la distribución.
En Guayaquil el panorama hace una semana era de largas filas de taxistas en las estaciones de servicio de combustible en búsqueda de gas licuado de petróleo (GLP) que presentó una escasez debido a una perforación clandestina realizada en una tubería que afectó las operaciones en el gasoducto Monteverde-El Chorillo. Este gasoducto ubicado entre las provincias de Santa Elena y Guayas.
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El gerente de Petroecuador, Reinaldo Armijos, asegura que esta problemática se ha incrementado a nivel país y actualmente se contabilizan más de dos perforaciones clandestinas al día. Es decir que ya suman más de 670 pinchazos en lo que va del año 2023.
Además, Armijos sostiene que la afectación se da también en otros tipos de combustible que produce la estatal como diesel, gasolina. Uno de los poliductos más afectados es el de Esmeraldas-Santo Domingo que está ubicado en una zona montañosa.
Armijos, sostiene que esto dificulta el control y «hasta que llegue el equipo armado toma entre dos y hasta cuatro horas. Sin embargo, desde la petrolera se asegura que se trabaja en varias estrategias para evitar el robo de combustibles.