En medio de la crisis mundial por COVID-19, Estados Unidos y Rusia dijeron que apoyarían la idea de liberar las patentes de las vacunas contra la enfermedad para dinamizar la producción de las mismas y por ende potencial el acceso a las inoculaciones.
Eso implicaría que otras casas farmacéuticas puedan producir las ‘fórmulas’ que se han creado hasta el momento y sin tener que hacer un reconocimiento económico a la casa y empresa creadora.
Pero ante la posición de Estados Unidos y Rusia, se contrapone el presidente de Pfizer, Albert Bourla, quien declaró que no está «para nada» de acuerdo con la idea de la liberación de las patentes de las vacunas contra el COVID-19.
Esto de alguna manera demostraría la posición de las casas farmacéuticas ante la necesidad del mundo de combatir los efectos de la pandemia con la administración de las vacunas a la mayoría de la población.
En todo el mundo solo Israel ha conseguido un proceso exitoso de vacunación a tal punto en el que la población ya no está obligada a llevar mascarilla en los lugares públicos y abiertos, solo deben mantener la medida de bioseguridad en lugares cerrados, restaurantes, oficinas y otros.
Las vacunas son el arma idónea para combatir al COVID-19, pero hay países en los que apenas llegan dosis para cubrir a un mínimo índice de la población, eso sumado a casos de corrupción en la administración pública y mala organización de los procesos de vacunación.
En Alemania se desarrolla una nueva vacuna que podría ser considerada la esperanza de la humanidad por su facilidad de almacenamiento, la siguiente semana se publicarán los resultados de su tercera fase de ensayos clínicos.