La pandemia de COVID-19 sigue causando estragos en todos los países del mundo por lo que las autoridades intentan contener los efectos de la enfermedad en sus sistemas de salud.
Los primeros rayos de luz van asomando en el cielo de la madrugada cuando decenas de peruanos comienzan a llegar a la playa para ingresar a las aguas del Pacífico.
Cada vez son más los nadadores que buscan aliviar el estrés causado por la pandemia de COVID-19 que, entre otras restricciones, mantiene prohibida desde hace 13 meses la asistencia a piscinas.
Nadar en mar abierto y de madrugada me permite “relajarme, desestresarme”, dijo Lorena Choy, de 43 años, que practica natación desde niña. “Te ayuda un montón psicológicamente”, agregó.
La pandemia ha aumentado el número de nadadores en el Pacífico comentó Víctor Solís, un profesor de natación de 47 años desde hace años asiste a la playa de lunes a sábado junto a sus alumnos adultos. “Ha crecido un montón: si antes había mil nadadores por día, ahora hay cinco mil”, aseguró.
De acuerdo con datos oficiales, cada cinco minutos se produce una muerte en Perú a causa del nuevo coronavirus. El país tiene los hospitales colapsados y cada día faltan en promedio unas 70 toneladas de oxígeno para los infectados, muchos de los cuales mueren en sus casas sin haber recibido nunca atención médica.
“La cantidad de fallecidos bordea los 300 diarios. Todo el día no dejamos de escuchar malas noticias y eso es un poco la necesidad que tenemos de escaparnos… y recurrimos al mar”, dijo el abogado José Echeandía, de 54 años, luego de nadar durante más de una hora en las frías aguas del Pacífico en Lima.
Robert Yatto, de 56 años, nada en el mar desde hace tres décadas. Sólo interrumpió su rutina en 2020 durante los 106 días que Perú permaneció en cuarentena estricta. Ahora lo hace en un traje de neopreno del Capitán América que le costó 390 dólares. “Es un deporte caro”, comentó.
Gran parte de los asistentes practican desde niños, tienen automóvil o viven cerca de la playa y pueden pagar lecciones de natación, un deporte que en Perú no es muy accesible para la clase trabajadora.
Antes de la pandemia la playa Pescadores también recibía a peruanos pobres que se sentaban en la arena a disfrutar del paisaje o realizaban ejercicios físicos para tratar dolencias que los médicos no lograban curar, según atestiguó AP en 2015. Ahora está prohibido por ley sentarse a descansar sobre la arena con el fin de “evitar aglomeraciones”.
Perú ha registrado hasta ahora más de 1,7 millones casos de coronavirus y 60.013 fallecidos, según el Centro de Ciencia e Ingeniería en Sistemas de la Universidad Johns Hopkins.