Ya sea en su casa o departamento, tener parrillas es parte de nuestro ADN y aún en confinamiento siempre encontramos una buena excusa para encenderla.
Pensando en esto y sobre todo en los inconvenientes que puede generar la falta de espacio, nació en plena pandemia un proyecto que personaliza estos objetos y los adecúa a sus espacios.
Como estas parrillas no hay dos, son versátiles, prácticas y se ajustan a cualquier espacio en su casa.
Se fabrican desde el inicio del confinamiento, justo cuando los planes se reducían a dar un paseo en la terraza o en el balcón.
En su taller junto a su equipo especializado en tecnología industrial, Javier trabaja en la construcción de distintos modelos de asadores y ahumadores.
Hay parrillas en 2 tamaños y presentaciones:
Los horizontales en los que la comida recibe combustión controlada desde una cámara lateral y los tanques clásicos con estructura interna inoxidable para sujetar la carne.
Ambos son una idea maravillosa, pero no la única resulta que con el paso de los días y conforme fue dándose a conocer, Javier recibió pedidos de parrillas que pueden acoplarse en esquinas o pequeños espacios de un patio o terraza.
Luego de algunas pruebas el taller lanzó al mercado estas opciones; una rectangular y otra redonda.
Tiene un diámetro de 36 cm por 15 de alto y es perfecta para cuatro o 5 comensales.
La rectangular en cambio alcanza para una familia de 8 hasta 10 personas y cuenta con 2 mesones laterales y una frontal.
Construirlas requiere tiempo, largas planchas de tool y varias herramientas para unir las partes.
Lo mejor de todo es que estas parrillas son plegables y están diseñadas para exteriores, aguantan polvo, viento, lluvia y gracias a la cobertura de pintura especial, temperaturas de calor extremo.
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