Guardián, maestro, embajador musical y leyenda, así se recordará a Guillermo Ayoví.
Este esmeraldeño pasará a la historia de nuestro país por su extraordinaria habilidad para construir y tocar la marimba.
Este instrumento africano que le sonaba a libertad, que llevaba en la sangre, al cual protegió y le dio un valor que trascendió nuestras fronteras.
Verlo tocar era alegría, ritmo, pasión y por supuesto memoria.
Tras su partida, queremos rendir un homenaje a Papá Roncón.