Actualizado 13:55
Redacción Teleamazonas.com |
Durante tres semanas el mundo ha permanecido en vilo por la salud del papa Francisco, quien se encuentra con pronóstico reservado en el hospital Gemelli de Roma. El Pontífice ingresó a esta casa de salud con problemas respiratorios.
El argentino de 88 años, normalmente hiperactivo, no aparece en público desde el 14 de febrero, cuando ingresó en el hospital Gemelli de Roma por una bronquitis, que derivó en una doble neumonía provocándole varios episodios de insuficiencia respiratoria.
Su condición médica era tema de preocupación mundial desde el 2022, cuando el líder de la Iglesia católica ya se había perdido las celebraciones del Miércoles de Ceniza por un agudo dolor de rodilla. Sin embargo, su estado se había complicado, sobre todo con enfermedades respiratorias.
Francisco no ha hecho ninguna aparición pública desde su hospitalización y el Vaticano tampoco ha difundido fotos suyas. También ha faltado a la oración semanal del Ángelus los últimos tres domingos, algo inédito desde su elección en 2013.
En esta ocasión tampoco podrá participar en los tradicionales «ejercicios espirituales«, un retiro que tiene lugar cada año al inicio de la Cuaresma con la Curia, el personal y la administración de la Santa Sede.
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Tres crisis respiratorias en diez días
La primera crisis respiratoria que alarmó a nivel internacional ocurrió el 22 de febrero del 2025 y tuvo que usar oxígeno. También, ese mismo día presenta trombocitopenia por una anemia que requirió transfusiones de sangre.
Desde entonces mantiene un pronóstico reservado, que ha llevado a múltiples especulaciones. El lunes 3 de marzo su situación se complicó. El Vaticano confirmó que el papa Francisco sufrió el lunes dos episodios de insuficiencia respiratoria aguda. Con altos flujos de oxígeno cada día, el Pontífice tuvo que retomar la ventilación mecánica «no invasiva«.
El Papa pasó el miércoles sentado en el sillón y durante la mañana, en el apartamento privado que los pontífices tienen en la décima planta del Gemelli, ha participado en el rito del Miércoles de Ceniza.
Después se dedicó a algunas tareas laborales, algo que había interrumpido con las últimas crisis de los días anteriores, e incluso ha vuelto a telefonear al párroco de la Franja de Gaza, Gabriel Romanelli, para interesarse como siempre de su situación.
¿Estado crítico?
Hasta este jueves se ha informado que su enfermedad continúa con su «evolución normal» pero los médicos insisten en que esta estabilidad debe entenderse dentro de «la complejidad» de su caso. Así enfatizaron la noche del miércoles 5 de marzo fuentes vaticanas.
Francisco incrementó la fisioterapia respiratoria que venía llevando a cabo en los últimos tiempos y empezó con la motora. El Pontífice siguió recibiendo oxígeno «de alto flujo» y este jueves volverá a llevar una mascarilla de oxígeno, como hizo en las últimas dos noches.
«Tras despertarse, el Papa continuó con sus terapias, incluida la fisioterapia motora activa. Como estaba previsto, tras la ventilación mecánica no invasiva durante la noche, por la mañana volvió a la oxigenación de alto flujo con el uso de cánulas nasales», explicaron.
A primera hora de este jueves, la Santa Sede informó que Francisco había pasado una noche «tranquila» y estaba descansado al cumplir su tercera semana ingresado en el hospital Gemelli.
Según el último parte médico, publicado este miércoles, el papa argentino se mantiene «estable«, no ha sufrido nuevas crisis respiratorias y ha empezado la fisioterapia motora, aunque «en consideración a la complejidad de su cuadro crítico, el pronóstico permanece reservado».
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