La Ley Seca que prohíbe el consumo, venta y distribución de bebidas alcohólicas en Panamá, y que fue impuesta por el Gobierno hasta que finalice el Estado de Emergencia para frenar la expansión de la COVID-19, está recibiendo quejas del sector industrial y la población civil.
Hasta el momento, Panamá es el único país de América en imponer esta ley que busca «reducir la delincuencia y evitar las aglomeraciones de personas para frenar la propagación del virus» en el país, que ya deja 27 muertes y 1.075 contagios registrados, según fuentes del Ministerio de Seguridad.
Tras decretar Ley Seca en todo el territorio nacional, cientos de usuarios en internet hicieron públicas sus quejas, siempre a través del humor y aceptando la norma. Algunos, incluso, haciendo caso al rumor que llevaba propagándose durante días compraron grandes cantidades de alcohol.
Desde el pasado miércoles, los supermercados precintaron las zonas y estanterías donde están las bebidas alcohólicas con un cartel colgado que indica a los clientes que «en cumplimiento con el Decreto Ejecutivo 507 de fecha del 24 de marzo, no se venderá alcohol mientras se mantenga el estado de emergencia nacional».
La imposición de esta norma preocupa al sector industrial por el impacto económico del COVID-19 en el país: «En el sector de las industrias estamos muy preocupados por esta medida», dijo a Efe el presidente del Sindicato de Industrias de Panamá (SIP), Aldo Mangravita.
Fuente : EFE