Un joven adicto a los videojuegos admitió ante la Justicia de Australia que mató a su bebé recién nacido porque no lo dejaba jugar PlayStation.
Joseph William McDonald, de 23 años, se declaró culpable de un cargo de homicidio infantil en la Corte Suprema de Victoria, en Australia, este viernes.
Según reveló la investigación, el joven asesinó a la criatura de dos meses porque su llanto no le permitía concentrarse para jugar videojuegos.
En un ataque de ira, el padre golpeó al recién nacido hasta provocarle lesiones que derivaron en la muerte. El bebé no resistió a las graves lesiones en su cabeza y murió cinco días después.
Unas semanas antes, el homicida había estado buscando tratamiento para adicciones y problemas de manejo de la ira.
«EL PEOR PADRE»
El crimen ocurrió en octubre del 2019 pero los detalles se conocieron en los últimos días, luego de que McDonald se declare culpable del cargo de homicidio infantil ante la Corte Suprema de Victoria.
De acuerdo a las declaraciones del padre, se frustró mientras jugaba PlayStation y atacó al bebé recién nacido por su llanto.
El día del fatal suceso, la madre escuchó al bebé hacer un sonido de llanto agudo mientras ella estaba en la cocina y el joven estaba jugando PlayStation.
Cuando Samantha le preguntó a Joseph de qué se trataba el llanto, él evadió las preguntas y puso excusas. Además, según informa Herald Sun, el hombre le había enviado un mensaje a su pareja, Samatha Duckmanton, disculpándose por ser el «peor padre».
El niño comenzó a mostrarse extraño, pero su madre asumió que se sentía mal porque horas antes había sido vacunado.
Sin embargo, el niño no mejoró durante la noche y su madre decidió llevarlo al hospital. Más tarde fue trasladado al Hospital de Niños de Monash antes de ser declarado muerto cinco días después, el 29 de octubre.
Los médicos le informaron a la pareja que su hijo presentaba lesiones no compatibles con un accidente. En ese momento, Samantha cuestionó al padre del bebé, quién reconoció que le había apretado la cabeza para que deje de llorar y le permitiera jugar PlayStation.
En la investigación los médicos confirmaron que las heridas fueron provocadas por temblores, sacudones o traumatismos bruscos.
Ante el tribunal, la mujer declaró y se dirigió a su expareja: «Me traicionaste. Merecía sentirse seguro y protegido por su padre. No mereces perdón ni tampoco el título de padre».