Un niño de 4 años de Milán, Italia, estaba contagiado de COVID-19 el 21 de noviembre de 2019, pero se creyó que se trataba de sarampión, según un estudio de Universidad Estatal de la capital lombarda, publicado en la revista Emerging Infectious Diseasese.
Por esta razón, los medios italianos manifiestan que el niño sería el “paciente 1” en Italia. Situación que probaría que la enfermedad circulaba mucho antes de finales de febrero, cuando comenzaron a declararse los primeros casos.
Según el estudio, el 30 de noviembre trasladaron al niño a urgencias con síntomas respiratorios y vómitos. Y el 1 de diciembre aparecieron en la piel unas manchas muy parecidas a las del sarampión.
14 días después del inicio de los síntomas, se le realizó una prueba para buscar si se trataba de sarampión. Además, conservaron la prueba en el hospital según el protocolo de la red de vigilancia de sarampión y rubéola.
El resultado de la prueba dio negativo y posteriormente fue sometido a la prueba del SarsCoV2 y resultó positiva.
Para los investigadores, esto prueba que el virus llevaba circulando desde hacía algún tiempo; como prueba el impacto abrupto y repentino con el que se produjo la pandemia en febrero y por las investigaciones posteriores, incluida la detección del virus en las aguas residuales de Milán a mediados de diciembre de 2019.
Además, agregan, esta propagación prolongada y no reconocida del Sars-CoV-2 en el norte de Italia podría explicar, al menos en parte, el impacto devastador de la primera ola en el norte de Italia.