Pablo Medina, de 38 años, es un hombre que se enfrenta a la vida con alegría, optimismo y sin apego a los material. Así lo evidencia su estilo de vida dentro de su propio triciclo. Sí, tal como lo lee.
El hombre adecuó su triciclo como si de una carroza del viejo oeste se tratara. En el interior de esta vivienda improvisada tiene todo lo que necesita. De hecho, lo ha adaptado como un verdadero hogar.
Es que Pablo afirma que en este pequeño espacio tiene lo que necesita, desde televisión, un lugar para cocinar y un aparato para escuchar alabanzas cristianas. Así, con la bendición de Dios, resalta que vive sus días sin hacer daño a nadie.
«Vivo tranquilo gracias a Dios», indica Pablo, quien tiene otra compañía. Su perro ‘Beethoven’.
Trabaja cuidando carros en la ciudadela Adace, dinero que le sirve para mantenerse y que, en su momento, le sirvió para enfrentar y supera a la Covid-19.
Por ello, luego de esa experiencia, a sus clientes les da un servicio adicional: les rocía con alcohol antes que ellos se suban a sus respectivos vehículos.
En el siguiente video le contamos más de su historia y su vida a bordo de un triciclo.