Más allá de su mala fama, la ortiga sorprende en la cocina

¿Sabías que la ortiga (Urtica dioica) ha sido utilizada desde la antigüedad tanto en la medicina como en la cocina? Esta planta, a menudo considerada una molestia por sus picaduras, está llena de propiedades.

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La ortiga es rica en vitaminas A, C, K, minerales como hierro, calcio y magnesio. Además, tiene propiedades antiinflamatorias, convirtiéndola en una aliada, especialmente en problemas articulares. Sus hojas tiernas son comestibles y pueden usarse en sopas, salsas, ensaladas o como infusiones. Al cocinarlas pierden su picor y tienen un sabor parecido al de la espinaca, con un toque amargo que suele ser muy valorado en la repostería.

Aunque tiene muchos usos, la ortiga no está exenta de contraindicaciones. Se debe evitar en caso de embarazo, lactancia o si  está tomando anticoagulantes, ya que puede afectar la coagulación sanguínea.

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