La crisis económica y las restricciones para viajar por el COVID-19 pueden exponer a migrantes y refugiados a mayores abusos. Hacerles caer en situaciones de casi esclavitud, como la trata de personas, una práctica que puede incrementarse, alerta la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
«Las consecuencias económicas de la pandemia pueden conducir a un aumento de la trata de personas y el tráfico de migrantes desde los países más afectados hasta los destinos más ricos», según la Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (ONUDD).
MÁS RESTRICCIONES, MÁS EXPLOTACIÓN
En un informe, esta agencia señala que las restricciones a los viajes no están deteniendo el movimiento de personas que huyen de conflictos, de la violación de derechos humanos y de peores condiciones de vida.
La ONUDD analiza posibles escenarios de cómo la crisis por el coronavirus puede afectar a medio plazo a la trata de seres humanos.
La trata es un delito que consiste en captar y retener a una persona mediante la fuerza o la coerción, con el fin de explotarla sexual o laboralmente.
Si bien la forma más conocida es la explotación sexual, otras víctimas sufren condiciones de esclavitud en tareas domésticas, la agricultura o, incluso, son obligadas a practicar la mendicidad infantil o sometidas a matrimonios forzosos.
Ruta migratoria
El estudio reconoce que el flujo a lo largo de la ruta migratoria del Mediterráneo oriental disminuyó en las últimas semanas. Esto debido, probablemente, a las medidas impuestas por los Estados para limitar los viajes y el movimiento.
Sin embargo, estas medidas pueden impulsar a medio plazo un incremento de la trata y el tráfico de personas. Porque las formas lícitas de viajar son aún más limitadas y a muchos no les queda otra opción que recurrir a redes ilegales.
«Los cierres y las restricciones también resultan a menudo en rutas y condiciones más arriesgadas, así como en precios más altos, exponiendo a los migrantes y refugiados a mayores abusos y explotación», resume la ONUDD.
Esta situación también puede afectar a la migración de América Central o Venezuela a Estados Unidos. Aunque la ONUDD reconoce que aún no tiene datos, basa su evaluación en situaciones pasadas, como los años posteriores a la crisis de 2008.
«Un contexto de restricciones por la COVID-19 aumentando la vulnerabilidad al abuso y la trata puede afectar también a las personas que huyen de las altas tasas de violencia en el ‘Triángulo del Norte’ de Centroamérica y de la crisis en Venezuela», indica.
Alerta que, «con menos opciones para moverse, la desesperación puede conducir al abuso y la explotación. Así como a la necesidad de usar más costosas y arriesgadas formas de tráfico».
LAS MAFIAS SALEN GANANDO
«Es probable que la recesión económica mundial, que conlleva un fuerte aumento del desempleo, aumente la trata transfronteriza de personas», agrega el informe.
La ONUDD recuerda que en el periodo 2007-2010 se pudo observar también esa tendencia. «Cuando víctimas de trata de países afectados por altas tasas de desempleo prolongado se detectaron cada vez más en países con una recuperación más rápida».
El aumento de la pobreza debido a la pandemia en muchos países puede llevar a que muchas más personas caigan en redes de trata.
La ONUDD concluye que el impacto económico negativo de la pandemia puede mitigarse mediante inversiones para facilitar la recuperación y proporcionando vías legales y seguras para refugiados y migrantes.
Con información de EFE