La ONU propuso la introducción de una renta básica temporal para unos 2.700 millones de personas que viven bajo el umbral de la pobreza. Esto es, ayuda para aproximadamente más de un tercio de la población mundial, con el fin de frenar el avance del coronavirus.
La idea, según el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), es que esos recursos permitan a la población cumplir cuarentenas extendidas.
Dado que la medida de distanciamiento social es necesaria para contener la pandemia, la entrega de fondos frenaría la salida de gente a las calles.
En un informe, el PNUD calcula que costaría a partir de unos 199.000 millones de dólares al mes facilitar ese ingreso básico a 2.700 millones de personas en un total de 132 países. Una cantidad abultada pero que considera asumible para los Estados ante la emergencia sanitaria y social que vive el mundo.
TIEMPOS SIN PRECEDENTES, MEDIDAS SIN PRECEDENTES
«Los tiempos sin precedentes requieren medidas sociales y económicas sin precedentes. Introducir un ingreso básico temporal para las personas más pobres del mundo ha surgido como una opción. Esto podría haber parecido imposible hace sólo unos meses», señaló el administrador de esta agencia, Achim Steiner.
El estudio apunta que varios países han optado ya por acciones en esta línea. España, por ejemplo, aprobó en junio un ingreso mínimo vital que beneficia a cientos de miles de familias. Otros con menos recursos como Togo, puso en marcha un programa de ayudas para un 12 % de su población.
Otros muchos países han decidido ampliar los beneficios que ofrecían ya sus sistemas de protección social. Sin embargo, esta medida choca a menudo con el problema de los trabajadores informales, no remunerados o inmigrantes en situación irregular.
ONU, propuesta asumible por los estados
La propuesta del PNUD son programas que cubran a toda la población con necesidades durante el tiempo que dure la crisis.
«Creemos que en este momento en la pandemia hay que juntar los aspectos socioeconómicos y sanitarios y que esta es una herramienta que puede ser útil para frenar la expansión del virus», explicó en una conferencia de prensa George Gray Molina, uno de los autores del informe.
Gray Molina subrayó que la pandemia avanza porque los trabajadores se ven obligados a continuar con sus actividades para sobrevivir.
«Los rescates y los planes de recuperación no pueden centrarse solo en grandes mercados y grandes negocios. Un ingreso básico temporal podría permitir a los Gobiernos dar a las personas en confinamiento un salvavidas financiero. Inyectar dinero en las economías locales para ayudar a sobrevivir a los pequeños negocios y ralentizar la devastadora expansión de la COVID-19«, apuntó Steiner.
ONU defiende que la propuesta es asumible para los Estados y propone distintas fórmulas sobre cuantía, duración de las ayudas y cómo se podrían pagar.