El director general de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Tedros Adhanom Ghebreyesus, señaló hoy que las medidas de contención del virus podrían tener un especial coste para las economías en desarrollo, por lo que pidió que parte de su deuda externa sea aliviada.
«Es esencial para que puedan cuidar a su propia gente y eviten el colapso económico», subrayó en rueda de prensa, añadiendo que el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial secundan esta petición.
Tedros aseguró que aunque regiones como África o Latinoamérica han registrado por ahora cifras relativamente bajas de contagios de COVID-19, podrían sufrir una incidencia de la pandemia similar a la de otras regiones que «tendría graves consecuencias sociales, económicas y políticas».
«Es esencial que garanticemos que esos países estén bien equipados para detectar, testar, aislar y tratar los posibles casos», señaló el máximo responsable de la OMS.
Tedros añadió que la pandemia entra en su cuarto mes con unas cifras muy preocupantes: «En las últimas cinco semanas hemos presenciado un crecimiento casi exponencial en el número de nuevos casos», señaló, para anticipar que en cuestión de días se alcanzará el millón de contagios y las 50.000 muertes.
El director general de la OMS también se refirió a las crecientes dudas generadas en torno a si las mascarillas deberían ser usadas por toda la población de países afectados, como en naciones asiáticas en los que la primera oleada de la pandemia tuvo efectos más limitados que en Europa o Estados Unidos.
«Hay un debate sobre el uso de mascarillas a nivel comunitario», admitió, aunque afirmó que por ahora la OMS «recomienda que las utilicen quienes estén enfermos o aquellos que los cuidan», e incluso en esos casos sólo son realmente efectivas en combinación con otras medidas de protección.
Pese a ello, «se trata de un nuevo virus, estamos aprendiendo constantemente», por lo que aseguró que la OMS continúa estudiando y evaluando la posibilidad de un uso más extendido de las mascarillas en las comunidades con el fin de controlar la expansión del coronavirus. EFE