Actualizado 11:01
Redacción Día a Día |
¿Imagine que su trabajo sea probar agua o revisar cientos y cientos de dedos cada día? Estos dos oficios son curiosos, raros e indispensables. En una era donde la inteligencia artificial y la automatización avanzan a pasos agigantados, ciertos trabajos mantienen su relevancia.
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El análisis de huellas digitales y la cata de agua requieren habilidades sensoriales y de juicio que, por el momento, son inalcanzables para la tecnología. Mientras las máquinas pueden procesar datos, la interpretación y la apreciación sensorial de estos trabajadores garantiza que, al menos por ahora, estos oficios permanezcan en manos expertas y humanas.
Estos son solo dos ejemplos de oficios singulares que, aunque pueden parecer inusuales, desempeñan roles esenciales en la sociedad.
Las huellas digitales son tan únicas como la identidad, y justamente este es el oficio que Rubén eligió hace varios años. Él trabaja en el Registro Civil y muchas veces es su experiencia y especialización la que determina la identidad de una persona.
Seguro ha escuchado acerca de las catas de vino, chocolate o café. Sin embargo, el agua también es objeto de cata por especialistas que evalúan su sabor, aroma y claridad. Estos catadores aseguran que el agua que llega a los hogares cumpla con estándares de calidad y sea agradable al paladar.
Su entrenamiento les permite detectar sutiles diferencias que podrían indicar contaminantes o alteraciones en el proceso de purificación. Aunque los laboratorios realizan análisis químicos, la percepción sensorial humana es esencial para una evaluación completa que las máquinas no pueden replicar.
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