Las naciones de Occidente se comprometieron el jueves a enviar más armas a Ucrania y el veto total de la Unión Europea al carbón ruso entró en vigor, reforzando las sanciones contra Moscú que según reportes de inteligencia están perjudicando sus exportaciones de defensa.
Alemania, que en las primeras semanas del conflicto había dado cierta impresión de ser un aliado displicente de Ucrania, está en un proceso que el canciller Olaf Scholz describió como un rompimiento “en gran escala” con su pasado al enviar armas a la nación devastada por la guerra.
Armas efectivas y plastantes
Scholz dijo que Berlín “está enviando armas, una gran, gran cantidad, aplastantes y muy efectivas. Y seguiremos haciéndolo en el futuro cercano”. Su gobierno ha aprobado exportaciones militares de armas por al menos 710 millones de dólares y planea brindar ayuda financiera adicional a Ucrania, añadió el canciller.
En un encuentro en Copenhague, Gran Bretaña y Dinamarca también realizaron compromisos adicionales para ayudar a la defensa de Ucrania contra la invasión rusa, la cual ha devastado a la nación y repercutido en el resto del mundo.
“No los defraudaremos”, señaló la primera ministra danesa Mette Frederiksen al inaugurar la conferencia internacional de donantes. Dinamarca señaló que una nueva contribución por 113 millones de dólares aumentará el total de financiamiento de parte de la pequeña nación de 5,8 millones de habitantes a más de 500 millones de dólares. Dijo que se trata de una “enorme donación”.
En comparación, el principal donador a Ucrania, Estados Unidos, ha comprometido 9.100 millones de dólares en ayuda para seguridad desde que Rusia lanzó su invasión el 24 de febrero.
Sistemas lanzacohetes y misiles
Para aumentar la presión sobre Moscú, Gran Bretaña anunció que enviará sistemas lanzacohetes y misiles guiados adicionales a Ucrania. Los misiles pueden impactar objetivos a 80 kilómetros (50 millas) de distancia con enorme precisión, indicó el gobierno británico.
Las nuevas armas, de las cuales no se especificó la cantidad, son adicionales a los varios sistemas lanzacohetes que Gran Bretaña ya proporcionó este año, después de que el presidente ruso Vladimir Putin ordenó la invasión.
El secretario de Defensa de Gran Bretaña, Ben Wallace, dijo que el apoyo militar adicional demuestra que Occidente “apoyará hombro con hombro, brindando apoyo militar de defensa a Ucrania para ayudarlos a defenderse de la invasión de Putin”.
En declaraciones vía videoconferencia a la reunión de países del norte de Europa en su mayor parte, el presidente ucraniano Volodymyr Zelenskyy pidió más asistencia. “Mientras más rápido detengamos a Rusia, más pronto nos sentiremos a salvo”, afirmó.
Gran Bretaña dijo que Moscú ya enfrenta presión por la necesidad de producir más vehículos blindados de combate para sus tropas en Ucrania y por lo tanto “es muy poco probable que sea capaz de cumplir con algunas órdenes de exportación” en un sector del que se ha enorgullecido durante muchos años.
El informe de inteligencia de defensa de Gran Bretaña, resaltando “el efecto cada vez mayor de las sanciones occidentales”, reafirmó la creencia de Occidente de que la serie de medidas impuestas al Kremlin desde que comenzó el conflicto están teniendo un creciente impacto sobre la economía rusa.
Los desafíos que enfrenta Rusia
El texto señaló que, debido a la guerra y las sanciones, “su capacidad industrial militar está ahora bajo presión significativa, y la credibilidad de muchos de sus sistemas de armas ha sido socavada por su vinculación con el pobre desempeño de las fuerzas rusas”.
A medida que la guerra se aproxima a los seis meses, Rusia enfrenta otros desafíos. Ante los reportes de que cientos de soldados rusos se rehusaban a combatir e intentaban desertar de las fuerzas armadas, se llevan a cabo labores encubiertas de reclutamiento que incluyen el uso de prisioneros para compensar la falta de efectivos capacitados.
La presión sobre la credibilidad militar de Rusia aumentó el miércoles cuando Ucrania informó que nueve aviones de combate rusos fueron destruidos en explosiones en una base aérea en la región de Crimea, bajo control de Moscú, aparentemente a consecuencia de un ataque ucraniano.
El Kremlin negó que la explosión hubiera causado daños a alguna aeronave rusa, e incluso que hubiera ocurrido un ataque. Pero imágenes satélitales mostraban claramente que al menos siete cazas que se encontraban en la base habían quedado destruidos y otros probablemente sufrieron daños.
Wallace calificó de “excusas” las explicaciones de Rusia sobre las explosiones, incluyendo la teoría de que habían sido provocadas por la colilla de un cigarrillo.
“Cuando ves las imágenes de dos explosiones simultáneas un tanto distantes una de la otra, y algunos de los daños reportados incluso por las autoridades rusas, creo que es claro que no es algo que ocurra por el hecho de que alguien dejó caer un cigarrillo”, añadió.
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Las fuerzas ucranianas que libran una extensa contraofensiva en el sur del país han retomado el control de 54 asentamientos en la región de Jersón, que Rusia arrasó en los primeros días de la guerra, informó el gobernador regional el jueves.
En declaraciones a la televisión ucraniana, Yaroslav Yanushevych también acusó a Moscú de lanzar ataques de artillería de represalia a las zonas que perdió, provocando una situación humanitaria “catastrófica” en poblados y aldeas en el extremo norte de la región. El gobernador dijo que el 92% de la región de Jersón continúa ocupada por Rusia.