Con mucho humor él, con seriedad ella, Barack y Michelle Obama develaron sus retratos oficiales en la Casa Blanca, reviviendo una tradición de cortesía política interrumpida por Donald Trump.
«¡Bienvenidos a casa!», les dijo Joe Biden, quien restableció, un mandato después, la costumbre de que todos los expresidentes y sus esposas sean recibidos por sus sucesores en el 1600 de la Avenida Pensilvania para esta ceremonia.
El mandatario, junto a su esposa Jill Biden, recordó extensamente los ocho años en que fue vicepresidente de Barack Obama, destacando la camaradería que los unía. «Contábamos contigo. Y yo sigo contando contigo», dijo.
«Él no podría haberlo hecho sin ti», apuntó por su parte Michelle Obama, enfatizando los lazos entre las dos familias.
«Estuviste conmigo cuando mi hijo se estaba muriendo», le recordó el demócrata de 79 años a Barack Obama, evocando la muerte de cáncer de Beau Biden. «Nunca serás consciente de cuánto significó eso para Jill y para mí», añadió.
Luego, la pareja develó las pinturas, hechas a partir de fotografías y que ahora adornarán las paredes de la Casa Blanca.
El retrato de Barack Obama, de Robert McCurdy, lo muestra de pie con las manos en los bolsillos de un traje oscuro, la sombra de una sonrisa en sus labios, pintado de forma ultrarrealista sobre un fondo blanco.
En el cuadro de Michelle Obama, de Sharon Sprung, la ex primera dama posa en un sofá del «Salón Rojo» de la Casa Blanca, con un vestido de noche azul claro, la mirada directa y un dejo divertido en la expresión.
Arte
Barack Obama, encadenó unas cuantas bromas sobre su visita a la Casa Blanca y sobre su retrato, deplorando que el artista no ocultara su pelo blanco ni redujera el tamaño de sus orejas.
También alabó a su exvicepresidente, «un verdadero amigo».
«Joe, Estados Unidos tiene mucha suerte de tenerte como presidente», dijo en medio de aplausos de los presentes, entre ellos muchos de sus excolaboradores.
Michelle Obama, en un discurso mucho más político que el de su marido, insistió en el símbolo que representan estos retratos del primer presidente negro de Estados Unidos, y la primera Primera Dama afroamericana.
«La niña que yo fui no se suponía que viviera en esta casa», o que su retrato colgara junto al de Jacqueline Kennedy, dijo. «Lo que estamos viendo (…) es un recordatorio de que hay un lugar para todos en este país».
Donald Trump, que rompió con varios actos protocolares como este, y que no escatimó ataques contra Barack Obama, nunca lo recibió para revelar su retrato.
La administración de Biden hasta ahora no ha anunciado ningún plan para desplegar la pompa de la Casa Blanca para el expresidente republicano.