La protesta contra la ley de seguridad del Gobierno de Francia prosiguió este sábado en casi 90 ciudades del país -con altercados en la marcha de la capital- pese a que el Ejecutivo anunció su intención de reformar los aspectos más polémicos del proyecto.
En las manifestaciones se unieron en esta ocasión con otras convocadas por los sindicatos contra la precariedad creciente en el empleo.
Las diferentes convocatorias estuvieron rodeadas de importantes medidas de seguridad. Esto después de que el pasado sábado algunas de esas manifestaciones acabaran con disturbios y enfrentamientos entre radicales y fuerzas del orden.
Hoy, de nuevo, la manifestación de París terminó en enfrentamientos y con al menos veintidós detenidos, según indicó el ministro francés del Interior, Gérarld Darmanin, en la red social Twitter.
Los disturbios tuvieron lugar en la parte delantera de la manifestación, donde grupos de radicales incendiaron coches, levantaron barricadas y destrozaron mobiliario urbano y varios escaparates.
La policía recibió, además, proyectiles procedentes de los manifestantes, por lo que tuvo que utilizar gases lacrimógenos.
FRANCIA REFORMARÁ LEY DE SEGURIDAD
Los convocantes consideran que no es suficiente el anuncio del Gobierno de retirar el artículo 24 de su ley. Apartado que controlaba la grabación y difusión de imágenes de las fuerzas del orden; lo que fue considerado como un ataque a la libertad de prensa y de expresión.
El Ejecutivo anunció el pasado miércoles que ese artículo será totalmente revisado. Y el presidente de Francia, Emmanuel Macron, aseguró este viernes que en su nueva formulación de la ley de seguridad no estará prohibido grabar y difundir imágenes de policías y gendarmes.
Pero los convocantes mantienen la presión porque no se fían de la nueva redacción y exigen la retirada total de una ley que comienza su trámite parlamentario.
Las manifestaciones se producen en un contexto creciente de crítica a Macron por lo que se considera ataques a las libertades fundamentales; algo que este negó en una entrevista con el medio digital Brut este viernes.
El presidente reconoció algunas actuaciones violentas de la policía que consideró «inadmisibles» y que, dijo, serán sancionadas. Pero señaló que en su mayor parte las fuerzas del orden francesas actúan con mesura y dentro de las reglas deontológicas.
Macron admitió también actos racistas en la policía, sobre todo en los controles de identidad, que, indicó, se centran más en personas que no son de piel blanca. Una frase que le ha valido las críticas de los sindicatos policiales.
EFE