La detección de una nueva variante del coronavirus en Sudáfrica, identificada como B.1.1.529, preocupa a la comunidad científica.
Presenta una amalgama de más de 30 mutaciones que, si bien algunas ya se habían observado en otras variantes. Esta es la primera vez que se ven juntas.
Esto es lo que ha provocado que esté bajo vigilancia y que se le otorgue el potencial de mayor transmisibilidad y una posible capacidad para escapar del coronavirus.
El investigador Iñaki Comas, del Instituto de Biomedicina de Valencia (España) señala que aún es pronto para saber su verdadero impacto.
«Sin alarmismo, pero debemos vigilar y ver cuál es su trayectoria y tomar las medias necesarias, en el caso de que sean necesarias».
Según Comas, «es una variante que ha acumulado un número muy alto, mayor que otras veces, de mutaciones en la proteína de la espícula -la que usa el SARS-CoV-2 para entrar en la célula humana- y lleva una combinación de mutaciones que no habíamos visto antes».
Alarma
«Lo que hace saltar la voz de alarma no es tanto que de momento no sepamos lo que hace sino el potencial que podría tener», afirma el científico.
En otras ocasiones se han identificado variantes con mutaciones preocupantes que luego han desaparecido o han sido desplazadas.
Comas insiste en que lo que se sabe hasta ahora es que existe una combinación muy preocupante de mutaciones pero no qué efecto tienen juntas.
No obstante, según la experiencia con otras variantes es necesario verlas en otros contextos, en otros países, para saber si realmente es una transmisibilidad mayor.
Medicina
En cuanto a las vacunas, detalla que algunas de las mutaciones detectadas en otras variantes reducían un poco su efectividad, pero aún así estas seguían siendo muy buenas.
Es importante que las autoridades sudafricanas hayan dado la alarma de manera tan temprana.
Esto ayuda a la vigilancia en todo el mundo.