Si el mantra de Hollywood para hacer películas taquilleras es “rápido, rápido, rápido”, entonces los creadores de “Sonic the Hedgehog” (“Sonic: La película”) lo ignoraron sabiamente.
El pequeño extraterrestre azul que corre más rápido que la velocidad de la luz irónicamente se ha beneficiado de bajar la velocidad, haciendo una parada técnica para reequiparse y emerger como un verdadero deleite.
“Sonic the Hedgehog”, que respeta la rica historia de la marca y aun así recibe cordialmente a nuevos admiradores, es una película placentera tanto para adultos como para sus pequeños aliens. “¡Dimos en el clavo!”, grita Sonic en algún momento, y ese sería un resumen adecuado para la película.
El director Jeff Fowler, en su ópera prima, fue encomendado a darle vida a esta bola de energía animada por computadora, cuyos orígenes se remontan a los videojuegos de Sega. La cosa no lucía muy bien cuando se publicó un tráiler en abril que presentaba a Sonic como una criatura más parecida a una rata con dientes humanos escabrosos. El rechazo del público hizo que el estreno se postergara para hacer ajustes, y el resultado fue un Sonic con un diseño más puro, ojos más grandes y dientes más chicos.
Aunque no se puede comparar una versión contra la otra, la película final presenta a Sonic como un adolescente tierno e inocente, propenso a decir cosas muy del 2020 como “estoy viviendo mi mejor vida” y “no puedo con ese tipo”. El personaje escapa de su planeta con la advertencia de “nunca dejar de correr” y una versión ligeramente diferente del proverbio de “Spider-Man”: “Un gran poder conlleva tipos malos con hambre de gran poder”.
En el guion de Pat Casey y Josh Miller, Sonic se siente atraído a las cosas rápidas: cómics de “Flash” y la película “Speed” (“Máxima velocidad”) protagonizada por Keanu Reeves, quien para Sonic es “un tesoro natural”.
Reeves no es el único famoso al que le hace un guiño la película: Vin Diesel, Will Smith y Obi-Wan Kenobi son invocados para generar risas. También figuran Amazon y la cadena de restaurantes Olive Garden. A lo largo de la cinta hay una tensión rara entre lo urbano y lo rural, y los guionistas claramente ponen la balanza contra la vida en la gran ciudad. Una gran secuencia termina con todos de acuerdo sobre un enemigo común: los hipsters.
La trama no se aleja mucho del clásico “ET” (“E.T., el extraterrestre”) o el más reciente “Bumblebee”: un extraterrestre llega a la tierra para esconderse y pronto tiene que hacer equipo con un humano amable (James Marsden, con una vibra muy Marsden) para escapar de las garras de científicos malvados del gobierno que quieren diseccionarlo.
En este caso, Jim Carrey luce un bigote como del siglo XIX y un abrigo largo negro para interpretar al villano Dr. Robotnik como sólo él sabe hacerlo: ultra pícaro, absolutamente volátil y peligrosamente impredecible. “¿Sabes lo que me encanta de las máquinas? Que hacen lo que se les dice”, gruñe el actor y comediante. Carrey tiene una escena de baile alocado que te hará escupir tus palomitas de maíz de risa.
Sonic, con la voz de Ben Schwartz, es dulce y divertido y consciente de sí mismo. Hace el baile del hilo dental, se echa pedos, usa guantes, calcetines y tenis, pero como bien dice: “ni siquiera llevo pantalones puestos”. Descubre lo que es una lista de pendientes en la vida e instantáneamente quiere hacer todo tipo de cosas, incluyendo empezar una pelea en un bar. “Ustedes dos son tan tiernos”, le dice una mujer a Marsden y Sonic. Ellos protestan, son impredecibles e incontrolables (pero muy tiernos).
El erizo alienígena corre para estar seguro. Un radar detecta que va a 300 millas por hora (482 kilómetros por hora), pero más adelante en la película se mueve tan rápido que detiene el tiempo, volando mientras todos parecen tiesos como estatuas. Los cineastas tambié
A lo largo de la cinta hay referencias al videojuego, incluyendo una secuencia en la que Dr. Robotnik persigue a Sonic por París, las pirámides de Egipto, y la Gran Muralla China. Sonic termina en Green Hill, un lugar que hace referencia a un nivel en el juego, y ahí nos enteramos que odia los hongos, uno de los aspectos clave del personaje.
La película está tan bien pensada que al comienzo el logotipo de Paramount tiene aros dorados de Sonic en vez de sus estrellas regulares. La base para una posible secuela se plantea al final de los créditos, además de que puede verse una criatura conocida que seguramente emocionará a los fans. Los cineastas no se habrán apresurado a hacer esta película, pero eso no es motivo para ponerle los frenos.
“Sonic the Hedgehog”, un estreno de Paramount, tiene una clasificación PG de la Asociación Cinematográfica de Estados Unidos (MPAA, según sus siglas en inglés), que sugiere cierta guía de los padres o tutores, por escenas de acción y algo de violencia, humor rudo y algo de lenguaje soez. Duración: 99 minutos. Tres estrellas y media de cuatro.