En el país no hay cifras de cuántos niños huérfanos deja el crimen. Según el Ministerio Inclusión Económica Social (MIES) están dando acompañamiento psicológico a estos niños, pero los adultos que han quedado a cargo de los menores de edad lo niegan.
Las historias de madres, abuelas u otros familiares de niños huérfanos cada vez son más frecuentes en nuestro país. Con tristeza y dolor relatan los duros momentos que diariamente enfrentan al explicar a los menores que sus padres no volverán.
«Le dije que se fue al cielo y que desde allá los cuida», señala con la voz quebrada Olga, abuela de dos niños de 5 y 6 años que quedaron huérfanos por el cirmen organizado.
El MIES, actualmente, no cuenta con cifras exactas de cuántos menores de edad han quedado huérfanos durante los asesinatos que se han duplicado en el país.
De acuerdo con cifras de la Policía Nacional, las muertes violentes se duplicaron en el país. En 2021 hubo 1 794 personas asesinadas, mientras que en el 2022 se registran 3 832 casos.
Ante estas preocupantes cifras surgen varias interrogantes relacionadas con sus familias y las condiciones en las que quedaron tras su muerte.
Roxana, esposa de uno de los privados de libertad asesinado en una de las matanzas de las cárceles, está a cargo de cuatro menores de edad. Su pareja no pudo conocer a su hija menor. Con dolor señala que sus hijos le preguntan a diario por su padre.
Los familiares que quedaron a cargo de los menores aseguran que no han recibido ayuda de ninguna institución o autoridad.
Por su parte, el ministro de Inclusión, Esteban Bernal, indicó que los niños que han quedado huérfanos en estas condiciones reciben acompañamiento de trabajadores sociales. Sin embargo, las familias lo niegan.