Gamaleya y Véktor son los dos centros de investigación que desarrollaron las vacunas rusas que fueron registradas y están en fase avanzada de ensayos clínicos.
Los directores de estos centros, Alexánder Guíntsburg y Rinat Maksiútov se refirieron a la capacidad que tienen las farmacéuticas para producir las dosis de las vacunas y determinaron que se podrían contar con entre 500 y 600 mil dosis al año.
Según Guíntsburg esta cantidad representa apenas el 10% de la población porque el coronavirus llegó a todo el mundo, en ese sentido las vacunas y sus dosis serían insuficientes en relación al objetivo de que toda la población reciba la inoculación.
En otras palabras, se necesitarían al menos 10 años para que toda la población mundial pueda recibir las dosis de cualquiera de las vacunas contra el COVID-19.
Según el portal de noticias RT, » Por su parte, Kirill Dmítriev, director del Fondo de Inversión Directa de Rusia, expresó que «ninguna vacuna puede ser producida en cantidad suficiente». «Ninguna vacuna, ninguna tecnología reduce los riesgos de los problemas que, como vemos, han surgido durante los ensayos clínicos de varias compañías», agregó Dmítriev».
Dos de las vacunas rusas ya están en fase avanzada de ensayos clínicos con la expectativa de que alguna de ella, o las dos, resulten seguras y efectivas a nivel masivo para que empiece su distribución en la población rusa y luego pueda llegar a nivel mundial.