El 14 de junio del 2023 se produjo uno de los naufragios más mortíferos en el Mediterráneo de los últimos años. Una embarcación con alrededor de 700 migrantes se hundió en la península del Peloponeso, Grecia, la ruta migratoria más peligrosa del mundo.
El barco había partido desde Egipto, hizo una escala en el este de Libia, donde embarcaron los migrantes, y después siguió hacia el norte rumbo a Italia. De acuerdo a los testimonios de algunos rescatados, unas 700 personas viajaban en la abarrotada embarcación, entre ellas muchas mujeres y niños.
Producto de este trágico evento murieron 82 personas y cientos desaparecieron. Además, el día del naufragio se pudo rescatar a 104 personas, todos varones y entre ellos ocho menores de edad. En total son 43 egipcios, 47 sirios, 12 pakistaníes y dos palestinos.
Desde entonces no se ha podido localizar a ningún otro superviviente, por lo que ya no hay esperanza de encontrar a alguien con vida.
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Responsabilidad de autoridades
No obstante, este naufragio que ha conmocionado al mundo genera dudas sobre cuál fue la responsabilidad de las autoridades, pues Grecia habría ignorado el ofrecimiento de la agencia europea Frontex de enviar asistencia aérea adicional frente a las costas de este país antes de la tragedia.
«Frontex ofreció a las autoridades griegas apoyo aéreo adicional el 13 de junio pero no recibieron respuesta», reveló el servicio de prensa de Frontex, en un correo electrónico a la agencia AFP. Y más temprano, el centro de coordinación de Italia había pedido a un avión de Frontex que buscara a la embarcación hacia las 08h33 GMT y una hora después la nave pudo localizarla.
«El avión estuvo vigilando al pesquero durante 10 minutos antes de verse obligado a volver a la base para recargar combustible», afirmó Frontex. Hechos que podrían haber ayudado ha evitar la muerte de estos migrantes.
Intento para remolcar
Además, rescatados aseguraron en sus testimonios que un barco de la guardia costera griega ató el pesquero con una soga e intentó remolcarlo por el lado izquierdo. En ese momento, el «bote se viró y se hundió repentinamente”,
Ante ello, el portavoz de los guardacostas, Nikos Alexíu, desmintió, el 23 de junio de este año, estas denuncias al señalar que «nunca hubo ningún intento de amarre (con el pesquero)» por parte de las autoridades.
Pero unas horas después, el portavoz del Gobierno interino, Ilias Siakandaris, señaló a la televisión pública ERT que los guardacostas sí usaron una cuerda «para sostenerse y para acercarse (al barco), para ver si querían ayuda». Sin embargo, matizó que «no fue una cuerda de amarre», por lo que nunca hubo ningún intento de remolcar el pesquero.
Según explicó Siakandaris, los propios inmigrantes tiraron la cuerda al mar señalando que no querían ayuda sino seguir su viaje hacia Italia. Este episodio habría sucedido tres horas antes de que el barco finalmente volcara y se hundiera, agregó el portavoz gubernamental.
Los guardacostas griegos han sido duramente criticados por organizaciones y medios internacionales por no intervenir desde el primer momento que vieron la enorme sobrecarga de la embarcación.
Egipcios detenidos
Las autoridades han detenido por supuesto tráfico de personas a nueve hombres de nacionalidad egipcia, que estaban entre los rescatados. Ellos y sus familias insisten en su inocencia y aseguran que solo intentaban salir de su país para buscar un futuro mejor.
Uno de los aprehendidos reconoció que actuó de coordinador en el buque, pero sólo para poner orden en cubierta, y que él también pagó para realizar el viaje, según informaron los medios griegos.
Las familias de dos de los detenidos y de un desaparecido confirmaron, a la agencia EFE, que ellos pagaron 140 000 libras egipcias (más de 4 500 dólares) a una persona que fue a recoger el dinero a la puerta de sus casas.
Los padres de Ahmed Ezzat, uno de los nueve egipcios detenidos en Grecia, contaron que su hijo salió hace un mes de Egipto hacia Libia y durante ese tiempo solo les había llamado una vez para coordinar la entrega del dinero.
«Mi hijo no sabe ni leer ni escribir. Trabajaba como albañil, pero no iba bien. Se ha ido porque intentaba tener un futuro mejor para comprarse un piso y casarse (…) Aquí la situación no es buena y por eso muchísimos jóvenes prefieren salir», dijo su padre a EFE, en alusión a la grave crisis que asola Egipto por la depreciación de la moneda local y la galopante inflación.
Sin apoyo ni información
Su situación jurídica es complicada pues, de acuerdo con sus familias, no han recibido la información necesaria. Por su parte, el director de la ONG Refugees Platform in Egypt, Nour Khalil, indicó a EFE que los detenidos tienen abogados de oficio en Grecia.
«Las autoridades griegas no permitieron a ninguno de ellos que se comunicaran con sus familias», denunció, y añadió que la embajada egipcia en Grecia «no ha contactado ni apoyado a los rescatados ni los familiares de las víctimas y desaparecidos».
«Las autoridades griegas pidieron a las autoridades egipcias que tomen muestras de ADN de los familiares para mandarlos a Grecia. Unos días después, han empezado a hacerlo. Tardarán más de una semana en enviarlo y lo harán en una valija diplomática», reveló Khalil. Asimismo, criticó que el esfuerzo es «lento» y lo que han hecho las autoridades egipcias es «llamar a las familias para interrogarles y no para darles información».
Tragedias en el Mediterráneo
Al menos 1 807 migrantes han muerto o desaparecido en las rutas del Mediterráneo al intentar llegar a Europa desde el norte de África u Oriente Medio, según las cifras de la Organización Internacional para las Migraciones de Naciones Unidas (OIM) hasta el 26 de junio del 2023.
De acuerdo con los datos que actualiza prácticamente a diario este organismo a través de su web de estadísticas Proyecto Migrantes Desaparecidos, la ruta central (desde el norte de África a Italia o Malta) se mantiene como la ruta más peligrosa, con 1 064 muertos o desaparecidos en estos primeros seis meses de año.
Al menos 99 murieron en el Mediterráneo Occidental, ruta que suele tener por destino España, y la ruta oriental (Grecia, Turquía), que otros años registra menos siniestralidad que las otras dos, ha registrado al menos 644 muertos o desaparecidos, incluidas las 596 víctimas del naufragio el pasado 15 de junio en las costas griegas. La OIM señala que al menos 74 de las víctimas en lo que va de año en el Mediterráneo fueron niños.
La organización ha registrado 103 510 intentos de atravesar esta ruta en 2023: más de 43 000 fueron interceptadas en el mar, y 59 000 llegaron de forma irregular a la costa europea.
Al ritmo actual, el año 2023 podría ser uno de los más mortíferos en el Mediterráneo desde que se llevan a cabo estas estadísticas. En medio año se han superado las cifras de 2020 (1 449 víctimas) y se está cerca de las de 2021 (2 062) y de 2022 (2 406).
El año con más víctimas contabilizadas por la OIM en el Mediterráneo fue 2016, con 5 136 muertos o desaparecidos. EFE/AFP
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