Marcus Birks, músico reacio a las vacunas, tuvo que ser internado en un la unidad de cuidados intensivos del Royal Stoke University Hospital, en el condado de Staffordshire, a causa del COVID-19.
El pasado 27 de agosto, Birks murió en el hospital por complicaciones del COVID-19 y según los medios internacionales era de los que sostenía que jamás se contagiaría porque tenía la costumbre de hacer mucho ejercicio.
Según el portal de noticias RT, “El músico se había mostrado escéptico respecto la vacunación contra el covid-19 y pensó que no podía enfermarse porque comía de manera saludable y hacía ejercicio cinco veces a la semana. «En cierto modo lo ignoraba y simplemente lo pospuse», admitió a la BBC el propio Birks”.
En medio de su convalecencia por COVID-19, el músico confesó que su diagnóstico positivo para coronavirus fue una sorpresa para él porque “rara vez” se enfermaba y cuando sus síntomas empeoraron instó a oros escépticos a aceptar la vacuna y salvar su vida.
La esposa del músico hizo una desgarradora publicación en Facebook en donde se refirió a él como el hombre «más increíble, especial, cariñoso, amoroso, leal, desinteresado y orgulloso».
Si bien la vacuna contra el COVID-19 no previene al 100% de un contagio, lo que sí hace es reducir al mínimo la probabilidad de infección y de ser así el paciente podría superar la enfermedad sin problemas y de hecho de forma asintomática. Además la inoculación reduce por completo la probabilidad de internamiento en cuidados intensivos o muerte por COVID-19.
El proceso de vacunación avanza en gran parte del mundo, pero hay varios países que aún no logran desarrollar un plan de inoculación que les permita ver una luz al final del túnel que ha sido la pandemia desde su inicio hasta la actualidad y que causa problemas en todas las esferas de las naciones.