Ni los prejuicios ni las caídas han desanimado a estas intrépidas chicas, a bordo de una patineta logran trucos y movimientos que sorprenden.
Para ellas este se ha convertido en un estilo de vida con el cual no solo se ejercitan sino también cumplen sus sueños y han formado una comunidad que impulsa este entretenido deporte.
Hay agrupaciones en ciudades como Quito y Guayaquil, y hoy nos cuentan cómo iniciaron y por qué la tenacidad de sus integrantes es sin duda el impulso para que otras se animen a ser parte de las mujeres skaters.