Explotación laboral, discriminación, inseguridad, trata, falta de acceso a educación, salud, alimentos y agua, así como violencia de género, física y sexual acechan a diario a las mujeres que habitan o transitan el límite de Ecuador y Colombia.
Así lo recogen los hallazgos del Análisis Rápido de Género (ARG)-CARE 2021.
Un documento que llama la atención sobre los problemas que viven a diario las mujeres transfronterizas y sus familias.
El estudio expone los impactos diferenciados por género frente a la crisis humanitaria y los cambios producidos por la pandemia.
El estudio se lo realizó en Ipiales, Pasto, Ibarra y Tulcán.
Acción simbólica en frontera
El documento incluye directrices para la construcción de una agenda de trabajo para paliar esas circunstancias.
Fue presentado ante autoridades locales de ambos países en un acto simbólico de toma del puente internacional Rumichaca.
80 mujeres, 40 por país, entre migrantes, refugiadas, indígenas y de la comunidad de acogida, que plantearon sus necesidades en seis ejes: Protección, salud, educación, medios de vida, situación migratoria, participación y liderazgo.
Ante esta realidad y como parte del proyecto «Cruzando Fronteras», que se ejecuta gracias a la financiación de la Agencia Francesa de Desarrollo, CARE construyó la Agenda Transfronteriza que busca darles voz y liderazgo a las mujeres en condición de vulnerabilidad.
Su objetivo es la promoción de políticas públicas que garanticen los derechos de las mujeres migrantes y refugiadas.
«Hemos querido darles una voz a las mujeres transfronterizas de Ecuador y Colombia, que sean ellas quienes expongan sus necesidades e impulsen la agenda transfronteriza que busca mejorar sus condiciones de vida», expresó Alexandra Moncada, directora de CARE Ecuador.
Datos alarmantes
De acuerdo con el ARG, en el caso de Ipiales y Pasto, alrededor del 90 % de las personas venezolanas están en condiciones de irregularidad.
Esta situación obstaculiza el acceso a condiciones laborales dignas, subsidios públicos, educación y salud.
En Ecuador, la situación se agrava ya que los venezolanas requieren de visa y pasaporte en vigor, lo que restringe la posibilidad de regular su situación migratoria.
Según el estudio, los migrantes venezolanos reciben un 50 % menos de salario que los nacionales en Ecuador, en Colombia es un 55 % menos.
Otro dato alarmante es que el 100 % de las mujeres transfronterizas entrevistadas manifestaron que han sido víctimas de acoso y/o violencia sexual.