Les falta alguna extremidad, pero les sobra pasión; ellas son mujeres que no dejaron que una amputación las detenga; al contrario, esa fue su motivación para saltar a la cancha. Con ilusión entraron a un mundo que implica grandes desafíos, aprendizajes y un fuerte entrenamiento, pero que en compensación les ofrece mucha esperanza.
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Ellas integran el primer club de fútbol de mujeres amputadas. Llegan de muchos rincones del país a entrenar en Quito y, cuando entran a la cancha, no permiten que jueguen las limitaciones. Son solo ellas frente al balón, metiéndole un gol a la discriminación.
Así, con ese coraje, llegaron nada menos que a su primer mundial, en Barranquilla (Colombia) y, partido a partido, demostraron sus habilidades, entre goles y gambetas. Ganaron dos partidos durante este torneo, pero sobre todo adquirieron una experiencia que les abrirá nuevos caminos y seguirá inspirando a muchas personas.
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— @DíaaDíaec (@DiaaDiaEc) December 19, 2024