Zahra Ismaili, una mujer iraní, fue acusada de matar a su esposo y condenada por ese delito a la muerte en la horca.
El abogado de la mujer dijo que ella actuó con el fin de defenderse a ella misma y a su hija de un ataque que su esposo estaba perpetrando. Pero eso no libró a la mujer y las autoridades iraníes la condenaron a morir.
La ejecución de Zahra fue programada para el miércoles 17 de marzo y cuando el día llegó sucedió algo que sorprendió a todos. La mujer estaba en fila esperando el momento de su ejecución en la horca y delante de ella otros 16 condenados a muerte.
Mientras ella veía la muerte de los otros condenados sufrió un ataque al corazón que le quitó la vida minutos antes del momento fijado para ser ejecutada bajo la ley del «ojo por ojo».
El infarto y la muerte de Zahra no impidió que se lleva a cabo la diligencia. Tomaron el cuerpo sin vida de la mujer y lo colocaron en la horca para que la madre de su esposo quitara la silla en la que se tuvo que haber parado, de estar viva, y así cumplir con el «ojo por ojo».
Según el portal de noticias RT, » El diario británico señala que la República Islámica regularmente ocupa el segundo lugar en el mundo por número de ejecuciones, por detrás de China. Mientras tanto, Javaid Rehman, relator de la ONU sobre derechos humanos en Irán, declaró en un informe publicado el pasado mes de enero que 233 personas fueron ajusticiadas en el 2020″.