Amanda Shoultz, una mujer de 29 años residente de Dallas (Estados Unidos), luchó durante varios meses para reducir el tamaño de su abdomen, sin embargo, al no conseguir los resultados y realizar varias visitas médica se enteró que tenía un tumor cancerígeno.
«Empecé a hacer más ejercicio. Hacía más dieta y, curiosamente, estaba perdiendo peso, pero mi abdomen estaba ganando centímetros», dijo Shoultz a Good Morning America. Además, explicó que nunca se le ocurrió que fuera un problema de salud sino más bien por mucho tiempo pensó que debía trabajar más en el abdomen.
Después de notar la anomalía, Amanda fue a un chequeo médico en febrero de este año, pero los análisis y los doctores no notaron nada fuera de lo normal.
«Recuerdo haberle dicho: ‘La próxima vez que me veas voy a pesar 10 libras menos’. Simplemente asumí que era mi culpa. Que había hecho algo mal», indicó.
Asimismo, Shoultz señaló que más allá de la incomodidad de ver su abdomen cada vez más grande, no sintió ningún dolor. Y en agosto, casi ocho meses después de notar el extraño crecimiento, la joven acudió a una revisión con un gastroenterólogo.
La mujer contó que durante su visita al especialista su estómago estaba duro como una piedra. Finalmente, tras varios estudios, los médicos descubrieron un tumor cancerígeno y le diagnosticaron liposarcoma.
El pasado 27 de septiembre, Shoultz se sometió a una cirugía para eliminar el tumor, que pesaba 17 libras. Además, los médicos tuvieron que extirpar el riñón derecho y parte de su glándula suprarrenal.
Afortunadamente, el cáncer no se había extendido a otras partes de su cuerpo, por lo que no tuvo que someterse a ningún tratamiento adicional.
La joven decidió compartir su experiencia en sus redes sociales. «No puedo esperar a celebrar este próximo capítulo de mi vida con las personas que siguen apareciendo cuando la vida te concede bendiciones, así como obstáculos», escribió Amanda en una publicación que comprate los momentos que pasó.