En al menos 70% se disminuyó el presupuesto penitenciario de los últimos dos años, además existió una reducción significativa de personal en las cárceles del país.
A esto se suma la muerte de un líder criminal que causó la ruptura de alianzas entre bandas, lo que desató la guerra interna
Las autoridades están en estado de alerta por la ola de motines que, desde el martes, afecta a varios centros de reclusión, y que ha dejado hasta ahora al menos 79 muertos y una veintena de heridos.
La última vez que las fuerzas especiales de seguridad, Policía y Ejército, debieron intervenir para evitar amotinamientos fue el miércoles por la noche en las prisiones de Guayas y Latacunga.
La situación en esos y otros centros es ahora de tensa de calma, aunque la seguridad se ha reforzado tanto en las prisiones donde ocurrieron los sangrientos enfrentamientos como en otros como el de Loja, Azogues y Macas.
Asimismo, este jueves fuerzas de seguridad lograron frustrar un intento de fuga de catorce presos, que fueron recapturados fuera de la prisión de Guayaquil.
En un comunicado, el servicio de prisiones SNAI precisó que en el operativo intervinieron Unidades Tácticas Preventivas, que consiguieron neutralizar la fuga de internos de la prisión, donde decenas de reos lograron salir de sus celdas e incluso algunos fueron capturados en el exterior.