Un niño de 11 años murió y otros dos de 14 años y de 10 meses resultaron heridos graves al estallar un artefacto explosivo con el que estaban jugando por accidente en el distrito ugandés de Nakaseke, en la zona centro-sur del país, confirmaron este sábado fuentes policiales.
El suceso tuvo lugar durante la tarde del viernes en la zona de la localidad de Segalye, dentro del condado ugandés de Semuto; y las tres víctimas son Pius Kiwuwa (de 11 años, fallecido), Michael Kiyingi (de 14, herido) y Shield Odongo (10 meses, también herido).
Según un comunicado emitido este sábado por la Policía ugandesa, los tres niños eran hermanos de madre. De acuerdo a los testigos, habían descubierto un artefacto «que parecía una naranja» y se pusieron a jugar al fútbol con él.
En un momento, el niño que falleció «lo cogió y lo apretó con la intención de sacarle zumo» y «desafortunadamente el objeto explotó» y le mató en el acto. Sus dos hermanos resultaron heridos graves y fueron trasladados al hospital.
EXPLOSIONES DE BOMBAS EN UGANDA
La Policía ugandesa no comunicó sus hipótesis sobre el origen del artefacto explosivo; pero señaló que una unidad de expertos en contraterrorismo está analizando el caso para determinar qué tipo de bomba era.
. @isahsym "Yesterday, October 29, 2021, at around 1600 hours, our officers received a report of an explosion at Segalye LC1 village, Semuto Sub County, Nakaseke District.https://t.co/mKakHjdeQd
— Uganda Police Force (@PoliceUg) October 30, 2021
Aunque se desconoce si existe un vínculo de la bomba que jugaba el niño con otras dos explosiones de bombas registradas durante la última semana Uganda.
La primera tuvo lugar el pasado sábado cuando un artefacto explosivo se detonó en un bar popular del norte de Kampala; lo que causó la muerte de una persona e hirió a otras cinco.
La segunda tuvo lugar durante la tarde del lunes en un autobús de la empresa Swift Safaris que transitaba la autopista Kampala-Masaka, donde un terrorista hizo estallar una bomba casera y causó su propia muerte.
En estos casos, las bombas fueron atribuidas a las Fuerzas Democráticas Aliadas (ADF), un grupo rebelde de origen ugandés que actualmente opera en el este de la vecina República Democrática del Congo (RDC).
Allí, desde 2017, mataron a más de 1.880 personas y organizaron centenares de ataques, según la herramienta de seguimiento de seguridad Kivu Security Tracker.
Los objetivos de las ADF son difusos más allá de una posible conexión con la organización terrorista Estado Islámico (EI), que en ocasiones se responsabiliza de sus ataques (como ocurrió, de hecho, en el caso de la bomba en el bar ugandés).
Con información de EFE