Desde hace una semana, quienes transitan por la avenida Rodríguez Bonín, cerca del puente Portete, perciben el mal olor que sale del edificio del Laboratorio de Criminalística y Ciencias Forenses, ubicado en este punto de Guayaquil.
Desde el aire se observa a trabajadores que esparcen un líquido en la zona donde se encuentran los contenedores con cadáveres para mitigar el hedor. Para evitar la visibilidad hacia esa zona se colocó una cortina negra.
¿Qué pasa en la morgue? Denuncias ciudadanas dan cuenta de que hay mal olor. Esto sería causado por el daño en dos contenedores refrigerantes de la morgue.
El incremento de la violencia en Guayaquil ocasionó que el número de cadáveres sin identificar aumente en la morgue. El servicio de Medicina Legal reconoció la problemática, este martes 11 de junio del 2024.
En un comunicado publicado en redes sociales, el organismo indicó que en las últimas semanas un mayor número de cadáveres «no han sido identificados ni reconocidos por sus familiares». Además, los cortes de luz causaron daños en los contenedores, lo que agravó la problemática.
#ComunicadoOficial
— Servicio Nacional de Medicina Legal y Forense (@ForensesEC) June 11, 2024
🟣 El Servicio Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses informa: pic.twitter.com/x9gZk5gCE9
Según Medicina Legal, dos contenedores del centro forense zonal 5 y 8 y del laboratorio de criminalística tuvieron daños, «debido a las variaciones eléctricas suscitadas a nivel nacional». Sin embargo, aclararon que uno de ellos ya empezó a funcionar.
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La entidad explicó que se realizó las gestiones necesarias para dar mantenimiento a los contenedores. Para ello se aplicó la garantía técnica establecida en los contratos vigentes.
También mencionó que el pasado 8 de junio se puso en marcha un contenedor refrigerante que presentaba fallas en su operación. Sin embargo, no dijo nada sobre el otro equipo averiado.
Asimismo, informó que el aumento en los índices de violencia causó un incremento de cadáveres en la morgue. Para contrarrestar esta problemática, los médicos forenses realizan todos los procedimientos técnicos y científicos para «agotar los métodos de reconocimiento«.
Una vez que finaliza el procedimiento, si no se ha identificado a los cadáveres, estos son inhumados conforme a los protocolos vigentes.
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