La farmacéutica Moderna ha ralentizado las inscripciones de voluntarios para el ensayo de la vacuna contra el coronavirus que quiere desarrollar, con el objetivo de garantizar la representación de las minorías, según el director ejecutivo de la compañía, Stephane Bancel.
«Preferiría tener participantes con mayor diversidad y tomarnos una semana más», dijo Bancel al canal de televisión CNBC. Además, insistió que la diversidad «nos importa más que la velocidad».
UNO DE LOS ENSAYOS MÁS GRANDES DEL MUNDO
La compañía biotecnológica anunció el pasado julio que comenzaría, en colaboración con el Gobierno de EE.UU., uno de los ensayos más grandes del mundo para probar la efectividad de una vacuna experimental contra la COVID-19.
El ensayo de la vacuna de Moderna será en 30.000 voluntarios y serán reclutados en 89 lugares del país.
La empresa ha subrayado que los ancianos, las comunidades no blancas y las personas con condiciones de salud previa son una prioridad en los ensayos de la vacuna, dado su mayor riesgo ante la enfermedad.
Según los datos de Moderna, de los 23.000 voluntarios que se han unido al estudio. Dos tercios son blancos, el 20 % son hispanos y el 7 % son negros.
Bancel apuntó que la prueba de la vacuna se ha marcado como objetivo replicar los datos recogidos en el censo de Estados Unidos. El cual calculaba que en 2019 el 18,5 % de la población era latina y el 13,4 % negra.
Moderna ha alcanzado un acuerdo con EE. UU. para proporcionarle 100 millones de dosis a cambio de 1.500 millones de dólares, con una opción a comprar 400 millones de dosis adicionales. Y ha finalizado las conversaciones preliminares con la Comisión Europea para venderle al menos 80 millones de dosis de su futura vacuna una vez se haya demostrado su efectividad.
Asimismo, el pasado 28 de agosto Moderna anunció que estaba en negociaciones con las autoridades japonesas para la potencial venta de 40 millones de dosis de la vacuna contra el COVID-19 que la farmacéutica está desarrollando
EFE