Enfrentada a varios tipos de situaciones adversas, la comunidad migrante ecuatoriana se gana la vida, incluso escalando rascacielos en Nueva York.
Pese al drama de la migración en la Gran Manzana, existen historias que impactan de los ecuatorianos que con buena actitud enfrentan trabajos riesgosos para cumplir sus sueños.
La cantante ecuatoriana, Juanita Burbano, grabó en una de sus estadías en Nueva York cómo uno de los migrantes nacionales oriundo de Cotopaxi cuelga en el piso 30 de un rascacielo limpiando ventanas para ganarse la vida.
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Alberto Llamuca, el migrante que se gana la vida limpiando vidrios narra cómo ya está acostumbrado a la tarea: «Dando gracias a Dios, y sin miedo al éxito ahora me boto en cualquier lugar donde me manden» asegura.
«La primera vez me subí a un edificio de 50 pisos. Mes sentí desesperado», cuenta Alberto y dice que su esfuerzo lo realiza para ser un ejemplo para su familia.
Enfrentados al miedo y muchas barreras la comunidad migrante ecuatoriana es conocida en Nueva York como una de las más trabajadoras.
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