Mirarse al espejo y ver que una parte del cuerpo ha sido mutilada debe ser uno de los momentos más impactantes para un ser humano. Esa es la realidad de millones de mujeres en el mundo. El cáncer de mama llega a cualquier edad, pasada la pubertad. Para quienes lo viven cada día, es un camino doloroso, retador y que deja huellas físicas y emocionales.
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Tras el diagnóstico, muchas mujeres se someten a una mastectomía, la extirpación de uno o ambos pechos para extraer el tejido mamario. En esa cirugía no siempre se logra salvar el pezón y la areola; si bien sobrevivir es el anhelo, esta mutilación puede ser muy impactante para las mujeres.
La micropigmentación es un procedimiento no invasivo ni quirúrgico que recrea con la mayor naturalidad posible el pezón y la areola. Esta técnica penetra la epidermis a través de agujas con pigmentos. A diferencia de un tatuaje, en estos casos el resultado es semipermanente. Este puede ser un complemento terapéutico para quienes han pasado por un cáncer de mama, pues ayuda a estas mujeres a recuperar la confianza y la autoestima.
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— @DíaaDíaec (@DiaaDiaEc) October 24, 2024