La pandemia y una posterior crisis generada por la Covid-19 dejaron en el ciudadano una mentalidad de ahorro transformada en mejoría económica.
Además del cuidado por la salud y el bienestar familiar, también evidenció la necesidad de generar nuevos hábitos financieros.
Uno de ellos es el ahorro como principal herramienta para prevenir y evitar futuros golpes a la economía personal y familiar.
A partir de la pandemia se fortalecieron 4 hábitos que generan un impacto positivo en la economía ciudadana, indica Francisco Nazati, representante de ProCredit.
Establecer metas financieras
La planificación financiera es un proceso fundamental que pretende estabilizar las finanzas personales y aportar con su crecimiento. “Este primer hábito no solo implica establecer objetivos claros dentro de un plazo establecido, sino cumplirlos con disciplina y compromiso”, señala el experto.
Disminuir gastos en casa
Uno de los primeros lugares en los que podemos generar ahorro es en casa. Ahí, además, los hijos aprenden con el ejemplo y fomentan éste hábito desde temprana edad.
“La ciudadanía hoy en día es más consciente de que existen gastos que forman parte de los rubros mensuales que usualmente tenemos en casa, que pueden reducirse o hasta eliminarse; por ejemplo, quienes tenían un plan de televisión por cable muy alto, analizaron si realmente necesitaban todos esos canales, y en muchos casos, optaron por un plan más económico”, indica el especialista.
Los gastos en servicios básicos también se redujeron. Las personas han entendido que, en cuanto al consumo de agua, se pueden optimizar los tiempos para lavar platos; situación similar en la ducha en los momentos en que no se están enjuagando.
De la misma manera entendieron que se puede ahorrar energía eléctrica, evitando el uso excesivo de aires acondicionados y/o calefactores. “Incluso se puede ahorrar en los gastos de supermercado, con el simple hecho de elaborar una lista de las cosas que son realmente necesarias”, acota.
Evitar los gastos “hormiga”
Estos gastos se refieren a los consumos de montos pequeños que aparentaban no repercutir en el presupuesto, pero que tienen un alto impacto en las finanzas.
“Son esas compras frecuentes de cosas que en realidad no necesitamos, y que pueden evitarse, como salidas a restaurantes o cafeterías; la compra de snacks, o las costosas salidas de entretenimiento cada fin de semana”, manifiesta el ejecutivo.
Eso sí, no se trata de privarse de darse gustos cada cierto tiempo, sino de eludir que estos gustos sean recurrentes. Esto afecta directamente las finanzas de manera negativa.
Fijar un porcentaje de los ingresos como ahorro
Tras la pandemia, en la que muchas personas vieron su salario reducido, o incluso perdieron su trabajo, la ciudadanía logró interiorizar la relevancia de fijar un porcentaje de sus ingresos mensuales para destinarlos a sus ahorros.
“El porcentaje de ahorro depende mucho de la capacidad de la persona, pero la realidad es que, sea un porcentaje pequeño o uno más alto, lo importante es ser constante en este monto”.
En este punto se debe considerar si en el hogar existe un solo ingreso, o si existen más, pues en este segundo escenario, podrían dividirse el ahorro.
“Si la idea es ahorrar el 20% de los ingresos, y si existiesen dos contribuyentes, pueden cada uno ahorrar el 10%, facilitando la construcción de este fondo de ahorros”, remarca el experto.
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