Un pequeño estudio publicado en el American Journal of Clinical Pathology demostró que las placentas de 16 mujeres embarazadas, que dieron positivo para COVID-19, motraron evidencia de lesiones. Esto podría indicar que las mujeres infectadas necesitan un control minucioso durante la gestación.
- Las mujeres participaron durante y después del embarazo. Quince de las mujeres dieron a luz bebés sanos, mientras que una abortó.
De las 16 embarazadas, el 80% (12 mujeres) tenían un tipo de lesión que puede afectar el flujo sanguíneo de la madre al feto llamada malperfusión vascular. En el resto presentó coágulos de sangre en la placenta.
- Un grupo de comparación histórica mostró malperfusión vascular en el 55% de los pacientes y coágulos sanguíneos placentarios en el 9% de los casos.
Ante esto, el Dr. Jeffrey Goldstein, autor del estudio y citado por Reuters, explica que:
Estos hallazgos respaldan que podría haber formación de coágulos con el coronavirus, y está sucediendo en la placenta. [señaló Goldstein]
Además, agregó que los problemas con el flujo sanguíneo placentario podrían conducir a la restricción del crecimiento fetal, bajos niveles de líquido amniótico o incluso la muerte fetal.
Como ya es de conocimiento, existen estudios que corroboran la existencia de coágulos de sangre en pacientes adultos con COVID-19 que causaron accidentes cerebrovasculares. En este estudio, sin embargo, ninguno de los 15 bebés vivos parece tener problemas de salud.
En contexto, la placenta es el primer órgano que se forma en el desarrollo fetal. Actúa como los pulmones, intestinos, riñones e hígado del feto, tomando oxígeno y nutrientes del torrente sanguíneo de la madre e intercambiando desechos.
Fuente | Reuters