Más de un millón de personas en los cinco continentes han dado positivo en las pruebas del nuevo coronavirus, aunque el número real de enfermos es mucho mayor en todo el mundo, donde la pandemia sigue avanzando y dejando desoladores balances de muertos en países como Estados Unidos y España.
Esta crisis sanitaria sin precedentes tiene a casi la mitad de la humanidad confinada y la actividad económica del planeta entero también parece estar congelada.
Además de las pérdidas humanas, los efectos financieros de la pandemia no se han hecho esperar. En España, hubo en marzo 302.265 desempleados más que en febrero y en Estados Unidos 6,6 millones de personas perdieron sus empleos en una semana.
Según los últimos recuentos de la AFP, al menos 1.035.380 contagios han sido detectados en 188 países y territorios. Pero este número refleja solamente una parte de la realidad ya que hay muchos enfermos que no han sido ni serán oficialmente diagnosticados debido a la falta de pruebas para todos.
Además, el nuevo coronavirus ha matado a más de 53.000 personas. Y no solo a mayores. También muere gente joven y sana ante el estupor de médicos y científicos.
En todo el mundo, la pandemia hace brotar testimonios desgarradores e imágenes desoladoras.
En España, donde este viernes volvieron a superarse los 900 muertos diarios por coronavirus y el balance total roza los 11.000, una madre infectada dio a luz y aún no ha podido tocar sin guantes su bebé, del que estuvo separada físicamente diez días.
«Él te agarra el dedo, el pobre, y agarra el plástico, pero bueno, ya es un día menos, hay que pensarlo así porque sino te deprimes», describe Vanesa Muro.
Madrid y Cataluña son las dos regiones más afectadas de España y las urgencias de numerosos hospitales están saturadas, lo que ha llevado a los sanitarios, según numerosos testimonios, a restringir los ingresos y priorizar por quienes tengan mejor historial clínico.
Europa es el continente más afectado, pero Estados Unidos está en camino de convertirse en el nuevo epicentro de la pandemia.
En un día, el país registró un récord de 1.169 muertos, según el recuento de la universidad Johns Hopkins. La cifra es la mayor registrada por un país en 24 horas, desde el inicio de la pandemia. El 27 de marzo, Italia había registrado 969 muertos en un día, con una población cinco veces inferior a la de EEUU.
En total, en Estados Unidos se registraron 5.926 fallecidos, según cálculos oficiales. Pero las previsiones de la Casa Blanca estiman que la COVID-19 podría matar entre 100.000 y 240.000 personas en el país.
El confinamiento y el avance de esta enfermedad desconocida provoca además daños psicólogicos. En Estados Unidos se compara ya con el impacto que generaron en el ánimo de la población los atentados del 11 de septiembre de 2001.
En la ciudad de Nueva York, donde ya hay más de 1.500 muertos, el personal sanitario carece de los equipos de protección necesarios, al igual que ocurrió en Italia, España o Francia.
En Italia, el país más afectado por la pandemia hasta la fecha, con casi 14.000 muertos, el crematorio más grande de Milán cerró el jueves, abrumado por la afluencia de cuerpos. En Bérgamo, la ciudad más afectada del país, los cadáveres fueron transportados en camiones militares a otras regiones para su cremación. /AFP