Rusia anunció el registro de su vacuna contra el COVID-19 y con eso la esperanza de controlar la pandemia de la enfermedad avanzó un paso más hacia el objetivo.
Según RT, «El Fondo de Inversión Directa de Rusia ha recibido solicitudes de más de veinte países para la compra de 1.000 millones de dosis de la vacuna rusa contra el coronavirus, comunicó el titular de la entidad, Kiril Dmítriyev, citado por la agencia TASS».
De momento no se revelaron las naciones que estarían en la lista para comprar las dosis de la vacuna rusa.
Dmítriyev dijo que Rusia acordó producir su vacuna en cinco estados de América Latina, región en la que, el país dirigido por Vladimir Putin espera obtener una autorización para producir el fármaco en noviembre.
La vacuna desarrollada por el Centro Nacional de Investigación de Epidemiología y Microbiología Gamaleya demostró seguridad y eficacia a la hora de producir una inmunidad contra el COVID-19, los ensayos se realizaron en 76 voluntarios en los que se comprobó los resultados positivos de la inoculación.
Inmunidad que produce la vacuna rusa
Segñún RT, «Yelena Smoliarchuk, directora del Centro de investigación clínica sobre medicamentos de la Universidad Séchenov, afirmó que la protección máxima se alcanza tres semanas después de la inyección, cuando se desencadena la respuesta del sistema inmunológico», además se detalló que la protección que genera esta vacuna duraría un periodo de dos años.
La vacuna rusa contra el COVID-19 fue desarrollada completamente de forma artificial, es decir no tiene ningùn elemento del coronavirus en su composición, además fue presentada en forma liofilizada, como un polvo que se mezcla con un excipiente para disolverlo y luego administrarlo por vía intravenosa.
Si bien, el hecho de que Rusia haya registrado su vacuna, podría marcar el fin de la incontrolable pandemia, hay que mantener las medidas de seguridad y limpieza, quedarse en casa de ser posible y solo salir si tiene la estricta necesidad de hacerlo, usar ,mascarilla y mantener el distanciamiento social en la vía pública y por último lavarse las manos cada vez que llegue a su destino.