Una expedición científica ha logrado marcar a una decena de tiburones ballena en las Islas Galápagos para poder seguirles el rastro por los océanos.
Y así conocer más de cerca sus condiciones de vida y necesidades, informó este viernes el Parque Nacional Galápagos (PNG).
La operación, realizada durante un viaje de quince días por el norte del archipiélago, la han llevado a cabo investigadores y técnicos de la Dirección del Parque Nacional y de la Universidad San Francisco de Quito (USFQ), en un proyecto conjunto para la preservación de esta antiquísima especie.
Los tiburones ballena
«El tiburón ballena, Rhincodon typus, es el más grande que ha existido en toda la historia. Se puede afirmar que es un ‘tiburón dinosaurio’ porque su especie sobrevive desde hace 70 millones de años cuando los dinosaurios reinaban en la tierra», explicó a Efe el científico británico Jonathan R. Green, director del proyecto.
Los tiburones son formas animales antiguas que existen desde hace más de 200 millones de años.
Pese a ello, la investigación del tiburón ballena es relativamente reciente, unas dos décadas, por lo que es poco lo que se sabe de ellos.
Amplia dispersión
Con la ayuda de los dispositivos, los investigadores esperan poder estudiar el movimiento horizontal de la especie, así como su comportamiento de buceo, el estado reproductivo y su salud en general, dice un comunicado del PNG.
La última expedición también incluyó la toma de muestras de sangre a dos ejemplares para su posterior análisis de laboratorio, al objeto de que puedan contribuir a establecer una línea base de la salud de estas especies en estado natural.
«Están en todos lo océanos del mundo, pero nadie sabe cuántos individuos hay por su dispersión y porque pasan desapercibidos por su camuflaje», apuntó el investigador.
Y es que el peculiar color de su piel refleja el brillo de unos puntos reflectores que, «cuando se ven a distancia, parecen una escuela (agrupaciones) de peces» más pequeños.
Estudio de reflectores
El estudio del patrón de estos reflectores es crucial porque las marcas de cada uno de ellos son distintas y sirven como huella digital de cada ejemplar.
Durante la última expedición, los investigadores lograron identificar a 25 nuevos ejemplares a través de fotografías.
En el mundo hay entre 15 y 20 proyectos de investigación sobre estos tiburones, pero el de Galápagos tiene una curiosa peculiaridad.
«En todo el mundo la mayoría son machos juveniles, con excepción de Galápagos, donde el 99,8 % son hembras adultas, una cosa muy rara que aún no entendemos», precisó Green, para quien existe la posibilidad de que vayan allí a parir, si bien «no hay pruebas ni datos».
Hasta 15 metros
Situado a unos mil kilómetros de las costas continentales ecuatorianas y Patrimonio Natural de la Humanidad desde 1978, el archipiélago tiene una rica biodiversidad.
Esto permitió al científico inglés Charles Darwin desarrollar su teoría sobre la evolución y selección natural de las especies.
El mes pasado se conoció el descubrimiento por parte de científicos de la Fundación Charles Darwin, junto a otros investigadores, de dos especies de tiburón nunca observados antes en aguas profundas de la Reserva Marina de Galápagos.
En las Galápagos, el tiburón ballena llega a tener un promedio de 12 a 14 metros de longitud.
Pero, han sido avistados de hasta 15 metros y hasta 20 toneladas de peso, dijo Green.
Y a la superficie suben de vez en cuando, lo que ha permitido colocarles unos dispositivos electrónicos con una pinza de presión.
Por sus características, esta pinza es menos invasiva y permanece en el especímen durante más tiempo.
Con este marcaje, se podrá obtener información para establecer mejores medidas de manejo en la protección de esta especie en peligro de extinción.
La amenaza de la pesca
Y es que después de millones de años en la Tierra, la pesca descontrolada se ha convertido para ellos en una verdadera amenaza.
Porque si bien su camuflaje les permite pasar desapercibido en las profundidades, de las redes le es imposible escapar.
«El tiburón está siendo pescado por las flotas asiáticas que abundan en todos los océanos pero especialmente en el Pacífico centro y sur. China tiene más o menos 17.000 embarcaciones que están pescando en aguas internacionales, muy cerca a aguas territoriales de Chile, Perú y Ecuador y cerca de Galápagos», recuerda el biólogo marino.
La investigación sobre los tiburones ballena forma parte de un estudio global de congregaciones y reavistamientos de esta especie en diferentes partes del mundo.
Según el experto, aunque suban hasta los 15 metros, «tienen la capacidad de sumergirse hasta los 2.000 metros de profundidad.
Y «creemos que probablemente sobrepasen los 5.000 metros utilizando el geomagnetismo para ubicarse y cruzar los océanos».
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Con 30 años en Ecuador dedicado al estudio de esta especie, Green destaca la necesidad de concienciar al mundo sobre la necesidad de introducir medidas de protección.
«Estamos perdiendo especies que llevan 70 millones de años en la Tierra, hasta que vino el hombre, especies que vivían muy tranquilas para terminar ahora en la sopa», concluyó.