La violenta mafia albanesa se instaló en Sudamérica para inundar de cocaína Europa, según ABC

La violenta mafia albanesa, el grupo criminal de mayor expansión actualmente, actúa con un código medieval para inundar de cocaína Europa, según un reportaje de ABC. España es uno de los países que registra récords de envío de droga desde Sudamérica.

Esta organización criminal llegó a España «no solo como puerta de entrada a Europa«, sino que «también es punto de encuentro entre criminales«, reveló Alberto Morales, jefe de la Brigada Central de Estupefacientes de la Udyco Central, al medio de comunicación español.

En el reportaje se detalla que la mafia albanesa es un cúmulo de organizaciones agrupadas por clanes, lo cual le permite expandirse con mayor rapidez. Ahora se expandió a Sudáfrica, Asia y Australia. Sin embargo, lo que más sobresale de esta organización criminal es su lealtad, flexibilidad, rapidez de movilización, crueldad, minuciosidad y discreción

A estas características, Morales y el equipo de 25 policías de la Sección IV, llaman el ‘Balkan Cartel’ (cártel de los Balcanes), responsable, según algunas fuentes, de un tercio de la economía albanesa, agrega ABC.

Es así que esta configuración tentacular es una de sus fortalezas junto con su férrea estructura de clanes, heredada del Kanun (‘código’), que esta vigente desde el siglo XV. Allí se establecen reglas estrictas sobre propiedad, relaciones sociales, honor y venganza, que complican la infiltración de elementos externos y el trabajo policial.

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‘Están por todas partes’

«Están por todas partes; van allá donde vean una posibilidad de negocio (…) No ‘cantan’, nunca se chivan. Se comen en prisión lo que se tengan que comer porque desde niños los educan en que la lealtad al clan es innegociable. Es algo que los distingue de otros grupos mafiosos», aseguró Morales a ABC.

Alberto Morales también reveló que tras el conflicto en Kosovo, que provocó un mayor despliegue de albanés con estatus de refugiados, se aprovechó para enviar a su gente por toda Europa y a países como Colombia, Perú, México y, sobre todo, Ecuador.

«En los dos primeros meses de 2024, la Policía ecuatoriana ya había intervenido 50 toneladas de cocaína, cantidad que no solía alcanzarse hasta junio. Los albaneses están inundando el mundo, y en especial Europa, de cocaína», señaló Morales.

Los clanes llegaron a Sudamérica

En Ecuador, de acuerdo al medio de comunicación, aprovecharon la crisis para expandir sus actividades y aliarse con grupos criminales para convertirlo en punto clave en el transporte de sustancias ilícitas hacia Europa.

«Los clanes llegaron a Sudamérica y, lejos de enfrentarse a los cárteles, ofrecieron su valiosa colaboración. Su objetivo final era reducir costes y elevar ingresos«, puntualiza ABC.

Morales explicó que los integrantes de la mafia albanesa compraron la droga directamente a los colombianos y, a través de empresas de exportación empezaron a ocuparse del transporte y distribución de droga.

Estas alianzas y procesos han provocado que las cantidades de sustancias ilícitas que llegan de países sudamericanos, sobre todo de Ecuador, se multipliquen en valor. «Lo han hecho ‘tan bien’ que hoy son los únicos con capacidad para realizar estos grandes envíos«, aseveró el jefe de la Brigada Central de Estupefacientes de la Udyco Central.

Asimismo, en la investigación de ABC se indica que su capacidad para transportar descomunales envíos de droga se debe a que operan en torno a la minuciosidad y la eficacia.

Por ello, se conoce que en América Latina ellos mismos viajan a la selva para supervisar la producción de cocaína en los laboratorios clandestinos. Pero además que miembros del grupo se establecen en España para gestionar los lugares donde se oculta la droga hasta ponerla en circulación.

También, son grupos escurridizos, discretos y multitarea. Durante las operaciones ilegales acostumbra a rotar su ubicación lo que evitar identificarlos y hacer seguimientos. Además, se mueven rápido y por todo el país, usando pisos de Airbnb como base de operaciones para no dejar rastro, y pagando en efectivo y con documentación falsa.

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